La fama mundial a Winfield Scott «Scotty» Moore III  le viene de haber sido el guitarrista de Elvis Presley.

Cuando Elvis entró  en Sun Records allá por 1954, se agarró a  «Scotty» y no lo dejó hasta su época de en los 60 en  Hollywood.

En 1954, Moore, Bill Black  y Elvis  convertirían «That’s All Right» en el legendario y primer gran éxito de Elvis. Una grabación considerada como un acontecimiento fundamental en la historia del rock and roll. Elvis, Bill Black y Moore formaron los Blue Moon Boys.

Moore tocó en muchas de las grabaciones más famosas de Elvis Presley, «Heartbreak Hotel» ,  “Mystery Train» , «Zapatos de gamuza azul» , «Hound Dog» , «Too Much» , «Jailhouse rock».

Según la revista Rolling Stone, Scotty Moore, ocupa el puesto 29 de entre los mejores guitarristas de todos los tiempos.

En septiembre se estrenará el documental sobre The Beatles, que Ron Howard a montado, «The Beatles: Eight Days a Week – The Touring Years».

Tras el acuerdo al que llegaron: Paul McCartney, Ringo Starr,  Olivia Harrison y Yoko Ono Lennon, la película trata los inicios de la carrera de The Beatles, va desde 1962 a 1966.

Se presentará el 15 de septiembre en Londres y al día siguiente en los cines de EEUU.

LIVE IN CONCERT
PAUL SIMON REGRESA A ESPAÑA, DESPUÉS DE 25 AÑOS EN SU NUEVA GIRA MUNDIAL “STRANGER TO STRANGER”

Esta gira es una de las más esperadas del músico norteamericano por lo que supone para su carrera plagada de éxitos desde hace casi seis décadas cuando compuso su primer gran éxito mundial “Mr Robinson” para la película “El Graduado” comenzando junto a Garfunkel una de las carreras discográficas más prestigiosas de la música contemporánea.

Entradas disponibles a partir del 21 de junio:

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José Luis Armenteros, falleció ayer sábado día 11 de junio de 2016.

Interprete, compositor, productor, bueno todo en la música española de los años 50,    60, 70 y 80.

A finales de los años 50 se inició en un conjunto llamado Dick y los Relámpagos   integrado por cinco chavales madrileños: Ricardo (Dick) López Fúster (batería), Pablo Herrero (órgano), Ignacio Sánchez Campins (guitarra rítmica),  José Luis Armenteros   guitarra solista) y Juan Jose Sánchez Campins (bajo).

Dick y los Relámpagos fue uno de los conjuntos que se atrevieron a tocar en la matinal del primer Festival del Price, el día 18 de noviembre de 1962.

Ese día los jóvenes españoles abrieron el camino a toda la juventud hacia la música «moderna». Junto a Dick y los Relámpagos también actuaron: Los Pekenikes, Los Cinco Estudiantes, Los Tonys (con Micky), Eddy Guzmán (antiguo cantante de los Pekenikes) y Ontiveros.

A partir de 1965, pasaron a llamarse Los Relámpagos, ya tenían grabados varios discos y eran el grupo que acompañaba a Mike Ríos. Los Relámpagos se trataba de un conjunto instrumental,  similar a los grupos extranjeros (The Shadows, The Ventures, The Tornados y Johnny and The Hurricanes) y que adaptaron la músicas clásica y la popular españolas.

Pasaron por varios sellos discográficos Philips, Zafiro, Novola. En esta casa tuvieron su primer gran éxito,   «Noche de relámpagos». Ya tienen su primer larga duración (LP) en el que están también  «Dos cruces», «María Dolores», «La leyenda del beso», etc…

En el año 1968 Pablo Herrero y  José Luis Armenteros dejaron el grupo para dedicarse a la composición y producción de otros grupos y solistas. Comenzó entonces una de las etapas más importantes de la historia de la música española. Esta pareja junto con Maryni Callejo lanzaron a Formula V, claro está que las canciones compuestas por Pablo Herrero y  José Luis Armenteros triunfaron y triunfaron todas, quien uno recuerda, por ejemplo a  «Cuéntame», «Eva María», «La fiesta de Blas», «Cenicienta», «Tengo tu amor», etc…

Siguieron con gente como   Nino Bravo y sus «Libre», «América», «Un beso y una flor». Rocío Jurado y «Como una ola».  Jarcha y su histórica «Libertad sin ira» (el himno de la Transición española). Francisco y «Latino».  Juan Bau y «La estrella de David»…; y así un larguísimo etcétera hasta nuestros días.

Armenteros fue director artístico de discos Philips y su compañero lo fue de discos Zafiro. En Philips, Armenteros fichó a músicos como Los Grimm, Smash. Los Puntos, Voces Amigas, Basilio, Massiel, Maya, etc…

Últimamente, José Luis Armenteros tocaba con amigos ex miembros de otros grupos (Los Polaris, Los Dyson y Los Saturnos) en el que dieron en llamar «Trastos Viejos» donde tocando por locales de la zona de Madrid recordaban sus canciones.

Este próximo sábado, 11 de junio, Diamantes Musicales se desplazará a Sondika (Bilbao) para acompañar a varios mitos de la música de los años 60 y 70, cuales son Graham Nash, Jethro Tull, Nina Hagen, Bob Geldof, etc…

El Music Legends Festival está organizado por la Caja de Ahorros Vasca y se va a desarrollar en el Centro Ola BBK de Sondika. Desde 2011 ha traído cada año a la Sala BBK de Bilbao a estrellas como Booker T. Jones, Manfred Mann’s Earth Band, Jackson Browne, John Mayall, Johnny Winter, Eric Burdon, Dr. John o el recientemente fallecido Allen Toussaint.

El centro Ola BBK es un espacio de 50 mil metros cuadrados ofrecerá espacios recreativos y gastronómicos de diversa índole, lugar dedicado a la atención integral a personas con discapacidad en el municipio vizcaíno de Sondika, un complejo de 50.000 metros cuadrados fundado en la década de los setenta en plena naturaleza para ofrecer servicios de residencia, atención, orientación laboral y formación a personas con discapacidad y a sus familias.

Foto oficial del Festival – De espaldas Manolin, Manolina, Conchi y Jose, los afortunados en pillar sitio

AFP

«Abuelo, llévame» proclamaba uno de los eslóganes del concierto largamente esperado y celebrado esta jueves por la noche en Madrid a cargo de un cordialísimo Paul Macca McCartney, otro «abuelo» que ha encandilado a coetáneos y jóvenes con historias emocionantes e intemporales que forjaron la música pop.

Reconciliado con su pasado, el británico ofreció más de dos horas y media de buen rollo, 40 canciones y seis décadas de trayectoria, desde los inicios seminales de los Fab Four (cuando se hacían llamar The Quarrymen, de los que ha tocado In spite of all the danger) a FourFiveSeconds, la canción que pergeñó hace muy poco junto a Rihanna y Kanye West.

No ha olvidado por supuesto ni su paso por Wings ni mucho menos los años míticos junto a The Beatles, espina dorsal de esta gira One on one, en la que sonaron dos docenas de canciones grabadas a fuego en el imaginario colectivo, del preliminar Love me do hasta Hey, Jude, la más versionada de la historia.

 El estadio Vicente Calderón casi lleno (pero no del todo, a 80 euros la entrada más barata) acogió la fiesta que no pudo celebrarse tras la final de la Champions League, ante una ocasión bastante más rara para Madrid que una Copa de Europa: la visita de Paul McCartney, quien hacía casi 51 años visitó por primera vez la ciudad, pero que había dejado pasar 12 desde su última incursión.

«¡Buenas noches, Madrid! ¡Buenas noches, España! Hola, ¿qué pasa, troncos?», vociferaba McCartney con humor (una constante) y en castellano (idioma del que ha hecho uso en varias ocasiones) tras arrancar su concierto con un A hard day’s night (Qué noche la de aquel día, en español) que bien podría haber titulado esta crónica.

Ya fuera a la guitarra, al bajo o al piano, incluso al ukelele, en formato eléctrico o acústico, McCartney se movió con soltura por el escenario, contoneando incluso las caderas, visiblemente tan entretenido como quienes habían venido a verlo tocar (según una rápida encuesta del artista, tanto público de Madrid como del resto de España o «de cualquier otro lugar»).

Alrededor, un gran despliegue escénico, con luces apabullantes y tres grandes pantallones, respaldando un sonido impecable (a diferencia del de Springsteen hace solo unos días en el estadio Santiago Bernabéu), construido por McCartney y sus cuatro músicos (Rusty Anderson, Brian Ray, Paul Wix Wickens y Abe Laboriel Jr.).

Puede que el show del británico adoleciera, no obstante, del ritmo endiablado y la descarga de energía vital del Boss, pero el tempo en general más comedido de esta estrella a punto de cumplir 74 años también dejó momentos de rock chisporroteante, rejuvenecido incluso cuando rompía la voz, como en Nineteen Hundred and Eighty-Five o Back in the U.S.S.R..

Imposible no escuchar al mismo tiempo un «qué bonito» constante entre el público, tras piezas como My valentine (dedicada a su actual mujer, Nancy), Here, there and everywhere o una imborrable Let it be, ya casi al final.

Especialmente emotivos fueron también sus recuerdos para los que ya no están, como George Harrison (Something) o su exmujer Linda (a la que ha brindado Maybe I’m amazed, de su primer disco en solitario, McCartney, en aquel momento en el que ella lo sacó de la depresión y el gusto por el alcohol tras la disolución de The Beatles).

 «Escribí esta canción pensando en mi amigo John», recordó justo antes de interpretar Here today, compuesta dos años después de la muerte de Lennon e interpretada este jueves a solas, sobre una tarima muy alta con pantallas en la base que simulaban una cascada, mientras subrayaba las palabras I love you.

No se puede olvidar un Live and let die glorioso, reservado para antes de los bises, en el que no escatimó chorros de fuego, fuegos artificales y una eclosión musical que habría tumbado al mismísimo James Bond, en cuyo honor compuso el tema.

 Can’t buy me love, We can work it out, Blackbird, Lady Madonna, Band on the run, Being for the benefict of Mr. Kite, Ob-La-Di, Ob-La-Da… Una a una todas esas grandes canciones han ido sonando, hasta llegar a unos bises en los que no podía faltar Yesterday, celebrando el pasado, pero sin renunciar a un presente musical más que vivo.

http://www.huffingtonpost.es/2016/06/03/paul-mccartney-madrid_n_10273760.html