XIX Aniversario 2 diciembre 2023

En construcción (Faltan fotos y más cosas)

STORM: TORMENTA EN TORRELAVEGA-

Storm, la mítica banda sevillana, considerada la mejor banda de HardRock Progresivo del país descargo su tormenta eléctrica sobre Torrelavega. Aquí en el norte estamos acostumbrados a las tormentas, pero a otro tipo de tormentas, galernas que vienen del Mar Cantábrico, Rayos y truenos que desgarran las montañas. Pero esto era otra cosa, esto era una tormenta de Riffs explosivos y teclados progresivos.

El día había salido muy bien y pudimos hacer la prueba de sonido por la mañana, así que ya más tranquilos compartimos mesa donde nos contaron un montón de anécdotas, de cómo su primer nombre fue Los Tormentos,  de cómo aprovechaban  sus visitas a la cercana base americana de Rota para surtirse de discos anglosajones muchos meses antes de que  se pudieran siquiera escuchar en el país. Y también de su concierto con  Queen en el 74, en el que ellos esperaban tocar con Deep Purple, su banda de mayor influencia, y de cómo los Queen después de verles tocar pensaron que eran ingleses y  les hablaban en ingles hasta que se dieron cuenta de que eran de aquí.

Al ir todo tan bien tuvieron tiempo para descansar toda la tarde del largo viaje que les había traído desde Sevilla  toda la noche en carretera.

Storm formaban esa noche con Jota R. al bajo, Muri al órgano Hammond y los hermanos Diego y Ángel Ruiz a la batería y Guitarra respectivamente.

Venían con ganas de dejar pequeño el escenario del Concha Espina. Comenzaron bromeando en lo que realizaban los últimos ajustes  y tras dedicar el concierto entero a nuestro presidente de Diamantes Musicales José El Pinchadiscos,  a las 21:20 aproximadamente empezaron con  “Back To Road”, para la que pidieron palmas, contando con un riff de guitarras y solo de Hammond como anticipo de por dónde iban a ir los tiros esa noche.

“Cyber Dream”,  del disco publicado en el 19 con el mismo título es Hard rock en estado puro, con mucho protagonismo del teclado y la guitarra. Llegaba el turno de “I dont Know” de su cotizadísimo primer disco. (En discos Cucos le venden por 300 pavos y es de los sitios más baratos.), esta es sin duda una de sus canciones más famosas, la canto Diego, el Batería y nos demuestran todo su espíritu progresivo.

Turno de “To Fly on My Own” a la que siguió “I’ve Got To Tell you Mamma” del primer disco y dedicado a su madre, que también canto Diego.

En “Far Away” comentaron que era una balada, a la que se le nota mucha influencia a Procul Harum, con mucho Hammond  y un espectacular Riff.

Con “Woman Mine” volvieron al progresivo, pero al progresivo con todas sus letras, e incluyo un nuevo solo de guitarra y teclado. Aquello sonaba como un cañón.

Con “El Día de la Tormenta”, de su segundo álbum del mismo título, hicieron alusión a todo lo que llueve por aquí, algo que les había dejado alucinados. Se trata de otro de sus hits en el que Ángel se adelanto para ejecutar un poderoso Riff para posteriormente pedir palmas y todo el público coreo  los AhAh! del estribillo.

“Trilogía” es otra balada que comienza con una escala de guitarra para ceder protagonismo al Hammond y en la parte instrumental nuevamente sacan todo su arsenal progresivo.

“Un Señor llamado Fernández de Córdoba” es un tema instrumental que probablemente cierre la trilogía de  sus temas más famosos  junto con “I dont Know” y “El Día de la Tormenta”. En teoría está dedicada a su primer manager y productor y conto con un pedazo de solo de Ángel. Temazo instrumental en el que dieron rienda suelta a su virtuosismo.

“Rebelión” se la dedico a su sobrino,  que vive en Cantabria y ejerce como profesor de música en el conservatorio.  Se trata de un Hard Rock muy cercano al Heavy,  muy Deep Purple,

“El señor del Viento”  se la dedico a su mujer y sus dos hijos que habían venido a verles desde Sevilla  todo el fin de semana (Al día siguiente actuaban en Oviedo) De temas como este beberían posteriormente bandas como Coz o Barón Rojo.

De “Swedish Woman” comentaron que la escribieron dedicada a las suecas que  veraneaban por el sur en los 70,  y que los hicieron  porque Deep Purple  habían dedicado una a las mujeres de Japón, pues ellos a las Suecas.

En “Have a Guess” amenazaron con la intro de Johnny B, Good  del que tocaron algunas notas. Con una intro del Hammond fue cantada por J.R. el bajista, aunque nuevamente el riff de guitarra volvió a ser protagonista.

Tras “Robot de la Ciudad” y “Amigo Joe” amenazaron con irse.  Empezaron con una intro brutal de guitarra para después entrar toda la banda como un cañón en un potente Hard Rock hasta que entra el Hammond. Y cuando entra el Hammond….Buahh ¡!!  Te caes de culo; para cerrar el tema con un punteo súper limpio y elegante donde Ángel demostró todo su dominio del instrumento.

El final se acercaba.

“It’s  All Right”  está más cercana al Rock and Roll que al Hard Rock, aunque claro, cuando entra el Hammond  no se puede librar de la patina de progresivo.

“Crazy Machine” es  un instrumental del primer disco que casi siempre dejan para las ultimas y que tiene un carácter progresivo total.  Tras un solo del bajo, gradualmente se une la guitarra y luego el teclado en un duelo muy interesante. Siguieron gustándose con la batería y un nuevo duelo Fender vs Hammond. Llegaba el momento del gran solo de Ángel. Con una elegancia brutal nos desplego todos sus trucos, escalas, arpegios, punteos y demás.  Los mismos que le llevaron a ser considerado el mejor guitarrista de los 70 en todas las listas de la época.  Toco sobre el mástil con una botella de cerveza, pero no como si fuera el Slide, no. Lo uso como si fuera una púa, para culminar tocando con los dientes, al modo que hacia Hendrix, algo que entonces no hacia nadie en el país. Y para terminar uso los acordes del Rock And Roll de Led Zeppelin.

Era el turno del solo de batería, como se hacía de antes. Hay que comentar que Diego también estuvo considerado el mejor baterista de los 70 en todas las listas. Se puso de pie y comenzó a andar tocando todo lo que pillaba por el escenario, desde un Campano que habían dejado los Green River  hasta la botella de cerveza de su hermano. Las escaleras del escenario, las butacas vacías, hasta llegar al centro del pasillo, donde su manager Juan había acaldado una caja de ritmos, donde dio por terminado su solo, para volver a  su posición y terminar toda la banda ese  “Crazy Machine”  en el que se deleitaron durante casi 25 minutos.

Para terminar escogieron un tema de sus adorados Deep Purple, el “Higway Star”, en honor a  algunos miembros del club Deep Purple Spain, que se habían  desplazado desde Galicia a ver a estos Storm.

Así tras prácticamente dos horas,  abandonaron las tablas del Concha Espina dejando la sensación de haber disfrutado de una oportunidad única de ver a Storm en Torrelavega.

Desde Diamantes Musicales estamos francamente satisfechos de haber podido celebrar nuestro 20 cumpleaños, 19 como asociación,  con esta Tormenta de Rock

Una tormenta en la que fueron  amainando los Rayos de la Guitarra, los Truenos de la Batería, la lluvia del bajo y el viento del teclado hasta cesar la tormenta.

Hasta cesar el  último rock de Diamantes Musicales.

Manolo Rock City

Torrelavega 2/12/2023

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El pasado sábado día 2 de diciembre la Asociación Diamantes Musicales celebró en el TMCE su XIX Aniversario. Y lo hizo, ¿cabía alguna duda sobre ello?, con una dosis generosa de saber hacer, buena música y diversión. La noche, a priori, pintaba mal, metida en un invierno como los de antes, lo que pudiera hacer presagiar que los públicos remolonearan. Pero un cartel muy atractivo, y ese carácter solidario que siempre habita en la ciudad, y que en esta gala se volcaba, como ya viene siendo costumbre, con la Asociación Española Contra el Cancer, terminó por dar al patio de butacas esa patina de gran acontecimiento al que siempre se aspira.

Y nos metemos en harina.

Abrió la velada Víctor Teira, cantautor en busca de banda que dejó certificado de que sabe lo se trae entre manos y un exquisito gusto musical. Una evolución y aprendizaje, la de este músico local, que le lleva a muy solventes interpretaciones, tanto en voz como en la guitarra acústica, de sus propias composiciones y versiones muy reconocibles. Canciones las suyas que cada vez parecen tener un mayor eco de Laurel Canyon y que nos trasportan, mientras las escuchamos, a los buenos tiempos de la sala Troubadour, pero con rotundo acento de actualidad.  En ese apartado incluimos On my Own, Mardou, Create Something. Las versiones, una extremadamente dulce de My Girl o otra agresiva y feroz de Born to be Wild, demostraron que los registros del artista son tan amplios como bien resueltos y hacen de este músico una apuesta segura.

Tras esta propuesta local, la aparición de Storm, las estrellas de la noche, no se hizo esperar. De ellos se han dicho muchas cosas; pioneros del rock andaluz: pioneros del hard rock nacional… pero quizá bastara decir que, con ya 50 años de carretera a sus espaldas, Storm es una gran banda que consolida a sus seguidores y convence a los recién llegados. De hecho, los hermanos Ruiz Geniz contaban en la sala con una buena partida de entusiastas de diversas procedencias que disfrutaron de lo lindo con el amplio repaso de dos horas de duración a un repertorio que no olvido sus temas de todos sus álbumes; Back to the Road, Cyber dreams, I dont Know, Its all Right, Trilogia y tantos otros que funcionaron como una atractiva y envolvente máquina del tiempo que supo convencer a los que ya venían ganados de casa como a los curiosos. Storm, resulta inútil decirlo a estas alturas, es historia de la música de este país. Especialmente de un momento convulso y agitado, donde la huella discográfica, muy influenciada por lo que sucedía en la política y la sociedad, estaba muy marcada por interpretes que poco tenían que ver con el rock que se hacía más allá de nuestra fronteras. Ahí está parte del mérito de este grupo, ser superviviente de una generación – la de Triana, Bloque, Granada, CE Dharma, Iceberg, Suck Electronic y demás – que no contaron con casi nada a su favor y que hay han sido casi totalmente desterrados de la memoria colectiva de este país. En este sentido Storm fue en justo homenaje a un tiempo y su sonido.

Y lejos de decaer tras la actuación de los cabeza de cartel, la noche se cerró por todo lo alto. Green River Tribute irrumpieron en escena con la fuerza arrolladora, casi arrogante, de quienes saben que cuentan con argumentos muy difíciles de refutar. El increíble legado musical de la Creedence Clearwater Revival, uno de los más cuajados de éxitos de la historia y repleto de melodías que forman parte del imaginario sónico de al menos dos generaciones de todo Occidente interpretado con rigor, potencia y decidido interés por divertir y agradar. Para ello, la banda cuenta con ingredientes que aportan mucho a su favor.

Una base rítmica sólida, sería y sin fisuras, que permite que los solistas se luzcan sin temor a que nada falle a sus espaldas. Y ahí, en el apartado de solistas, es donde el asunto alcanza tintes de espectáculo del bueno. Víctor Quevedo, más que conocido en el mundillo por su pertenencia a banda de armarla como es Cantebria, es uno de los pocos, si no el único, que en esta región entiende la faceta de showman del Rock. El chaval llena la escena, calienta al respetable y aún le sobran ganas para interpretar, sobradamente por encima de la media, canciones tan conocidas que significan un gran riesgo por las inevitables comparaciones, ya no solo con Fogerty sino con alguno de los que también hicieron versión ya sea de sus canciones o de sus mismas versiones. Y hablamos de gente como Rod Stewart, Tina Turner o Marvin Gaye.

Y como guinda del pastel la guitarra de Chachi. Efectiva, técnica pero sentida, virtuosa por momentos. Son años los que llevamos escuchándole, y nunca nos aburrimos de hacerlo. Le seguimos disfrutando. Y el I Put a Spell on You que nos regaló el sábado… Pues eso. La magia de la música. La magia del rock.

Manuel Teira Cobo

Torrelavega 2/12/2023

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NOCHE DE ROCK
STORM + VÍCTOR TEIRA + GREEN RIVER TRIBUTE
5 diciembre, 2023

Resulta sorprendente y envidiable que el Teatro Concha Espina sito una ciudad de provincias como Torrelavega de clara raigambre obrera, congregue a un público tan selecto y ávido de entretenimiento, arte y cultura. Sin duda alguna es fruto del interés de los torrelaveguenses por preservar y difundir desde su ciudad los valores que atesoran que son muchos y en especial el gusto por la cultura en sus múltiples facetas. Es todo un lujo disponer de un teatro apto para cualquier manifestación artística y que responde maravillosamente a todo lo que se ofrece.

Por otro lado, en lo que a cultura musical se refiere, la labor ejercida durante tanto tiempo por la asociación cultural “Diamantes musicales” merece todo nuestro reconocimiento. Su afán por comunicar y poner en valor del legado musical de cientos de artistas y músicos españoles que de una manera u otra están además vinculados con la ciudad de Torrelavega es muy meritorio. Además en esta ocasión en un evento solidario a favor de la lucha contra el cáncer.

Sin embargo, la propuesta musical que se presentó anoche fue muy diferente a lo habitual y como siempre el público respondió casi llenando todo el recinto. Un público confiado y fiel que acude religiosamente a todos los eventos que se programen. Estoy seguro de que un gran número de asistentes no sabían quiénes eran la banda Storm, pero sabían que era algo especial. No esperaban escuchar a un grupo parecido a Los Diablos, Formula 5 o Los Sírex pero casi. Era fantástico ver a un público incluso mayor que los dos miembros originales de la banda, Ángel y Diego, guitarra y batería respectivamente atentos al concierto que les precedía, esperando pacientemente su turno para saltar a las tablas.

La velada la abrió Víctor Teira, habitual en los eventos de Diamantes musicales y que nos deleitó con algún tema propio intercalando su habitual selección de versiones principalmente basadas en los grupos y cantautores de los sesenta y setenta, aunque tuvo algún guiño más moderno con grupos como Oasis, a petición popular a través de sus redes sociales. Durante su actuación se proyectaron bonitas ilustraciones, al parecer realizadas por su hermano.

Tras su actuación salieron al escenario los míticos Storm, o The Storm, como figuraba en la carpeta de su primer trabajo. Se puede decir que Sansón perdió su fuerza al perder su larga cabellera, pero es algo que no ocurre con los hermanos Ángel y Diego. Más calvos, pero con Rock en sus venas.

Su puesta en escena es sobria pero eficaz. Los acompañan un bajista y un organista que dispone de un órgano Hammond reducido a la mitad y que se puede llevar debajo del brazo. Unos cuantos amplificadores, incluyendo el mítico Orange y batería. Un proyector difunde imágenes de tiempos pasados del grupo que se alterna con descargas de humo seco y una eficaz iluminación. Este grupo andaluz entra en escena para desmostar que tienen muchas tablas y que su profesionalidad está fuera de duda. Efectivamente, en seguida se desgranan las primeras notas y el público aún sabe cómo reaccionar. Salvo contadas excepciones, probablemente la mayoría no ha escuchado nada de esta banda, pero aplauden con respeto. A medida que transcurre la velada se va notando que el público se implica más, así como la banda que, aunque sigue a lo suyo va notando que el público disfruta. Las canciones se alternan entre clásicos del primer álbum y los trabajos mas recientes. Los más coreados son sin duda los clásicos que son interpretados con energía y precisión. Ya no son aquellos mozalbetes que tenían 20 años cuando grabaron su primer LP pero anoche sonaron con el mismo descaro y solvencia de antaño. Su cantante Ángel no estaba sobrado en sus cuerdas vocales, pero es que él canta cuando toca la guitarra. Qué maravilla oírle tocar, que expresividad, técnica y gusto. Su hermano replicaba de forma telepática con una energía arrolladora, parecía un pulpo. Los otros dos componentes se mostraban más sobrios hasta que les tocaba intervenir. El bajista lo hacía cantando, dando un respiro a Ángel y sobre todo su organista que se dejaba oír con sus fantásticos solos con toques jazzísticos y emulando al antiguo componente ya fallecido Luis Genil.

Sus trabajos más recientes muestran un estilo más depurado y convencional fruto de la experiencia y años de trabajo pero tan honestos y dignos como las canciones de su álbum clásico.

Resulta raro escucharlos hablar mientras presentaban las canciones con ese duende y gracia andaluza que no tocaran unas sevillanas o lo que todos esperaban como algo parecido a Triana, Cai, Imán, Vega, Smash, Guadalquivir, Alameda…Lo que ocurre es que Storm es un grupo de rock con poca influencia andaluza y sí mucha influencia anglosajona. Sus raíces están en The Jimi Hendrix Experience, Cream, Led Zeppelin, Uriah Heep y sobre todo Deep Purple.

Entre los temas que destacaría están por su puesto los temas que forman su primer álbum como I don´t Know, Un señor llamado Fernández de Córdoba y sobre todo la monumental Crazy Machine donde se alternaban solos de los cuatro componentes.

Para cerrar y rindiendo homenaje a sus padrinos musicales interpretaron de manera muy convincente el Highway Star de Deep Purple.

Después de su concierto un magnífico fin de fiesta con la banda Tributo a la Creedence, formada por músicos locales de bandas como Cantaebria o King Size Co. Aunque yo me lo perdí en parte porque salí al backstage a conseguir firmas de mis admirados Storm. De cualquier forma una buena cantidad de gente se quedó disfrutándoles y siempre es un gusto ver a los músicos de una ciudad disfrutar de sus propios escenarios. Muchos vítores al final con el teatro puesto en pie, lo que vi no es para menos, fidedigna recreación de los temas de los Fogerty y compañía.

Sergio Gómez

Fotos y Vídeos Álex Kennedy