Lugar Estadio San Mamés
Espectadores 38.500
Grupo Telonero: The Pretenders
Mick Jagger: Voz, Guitarra, Armónica y percusión
Keith Richards: Guitarra, voz
Charlie Watts: Bateria
Ron Wood: Guitarra
Darryl Jones: Bajo
Chuck Leavell: teclados
Bobby Keys: Saxo
Bernard Fowler – Voces
Lisa Fischer – Voces
Blondie Chaplin – Voces
Tim Rice: Saxo, Teclados
Kent Smith: Trumpeta
Michael Davis: Trombón
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Los Stones realizaron en Bilbao en el Estadio San Manés, el 77mo show del Tour Licks, el primero de los cuatro que darán en el tramo España.
El concierto comenzó a todo Rock and Roll con «Brown Sugar», «Start me Up», «You got me Rocking» y «Don’t Stop».
Luego continuaron con muy buenas versiones de: «Angie», «You Can’t Always Get What You Want «, «Can’t You Hear Me Knocking» y «Tumbling dice».
Keith interpretó: «Slipping Away» y «Before They Make Me Run».
En el escenario chico realizaron muy buenas versiones de: «Just Wanna Make Love to you», «Street Fighting Man» y «Like A Rolling Stone».
El set continuó con los temas: «Gimme Shelter», «It´s only Rock and Roll», «Honky Tonk Women» y «Satisfaction».
El final fue a todo con «Jumping Jack Flash» y papelitos rojos.
Crónica de su concierto en Bilbao
LOS STONES SALDAN CON CRECES SU DEUDA CON BILBAO
La banda británica ofreció ayer en Bilbao un nuevo concierto de la gira Licks World Tour, un espectáculo grandioso y difícil de superar. Con él saldaron la deuda con la suspensión del concierto que tuvo lugar en el 1998. Tan entregados estaban que Mick Jagger llegó a hablar en vasco.
Los Rolling Stones saldaron hoy la «deuda» que tenían con Bilbao desde 1998, cuando se suspendió a última hora el concierto por una laringitis de Mick Jagger, con un gran espectáculo ante 35.000 seguidores totalmente entregados.
Jagger, Richards, Watts y Wood ofrecieron un repertorio tradicional en las actuaciones del grupo, perfectamente interpretado y con la misma intensidad física que hace años, especialmente Jagger.
Con el respaldo de unos medios técnicos impresionantes y su habitual sólida banda de apoyo, los Stones demostraron que el tiempo no corre para ellos, al menos en directo, pese a tener 60 años.
Abrieron el concierto con «Brown sugar», «Start me up», con la que público ya estaba dando botes, «You got me rocking» y «Don’t stop».
Para entonces, Jagger ya había hecho referencia al concierto suspendido hace cinco años, cuando la banda ya estaba instalada en un hotel de San Sebastián, y lo hizo con una frase en euskera: «azkenean hemen gaude» (finalmente estamos aquí).
Después del energético arranque, Sir Jagger anunció en castellano que «vamos a relajarnos un poco», con lo que dio paso a su más famosa balada, «Angie», con la que no podían faltar los mecheros encendidos.
A partir de aquí comenzó una fase menos intensa, en la que se presentó a todos los miembros de la banda de acompañamiento, con las mayores ovaciones para Bobby Keys (saxo) y Lisa Fischer (coros), y Keith Richards cantó dos canciones.
Después de una hora de actuación, se pasó a la parte fuerte de la noche, en la que Richards tuvo un mayor protagonismo con sus «riffs» y se exprimieron los «efectos especiales» del escenario.
Esta segunda parte comenzó con una espectacular «Simphaty for the devil», con dos grandes lenguas fuego y el escenario iluminado en rojo, tras la cual la banda se trasladó al escenario pequeño, en el medio del campo y conectado con el principal por una pasarela de cincuenta metros.
Allí interpretaron tres canciones, que comenzaron con un blues y culminaron con la versión de «Like a rolling stone».
De vuelta al gran escenario de 1.675 metros cuadrados, comenzó el sprint final con «It’s only rock and roll (but I liked)», «Honky Tonk woman» y «(I can’t get no) Satisfaction», bajo una nube de confetti rojo.
Después de dos horas de actuación, el único bis, con fuegos artificiales incluidos, fue «Jumpin Jack Flah».
Con anterioridad a los Rolling Stones, Chrissie Hynde y sus Pretenders ofrecieron un sólido concierto rockero, en el que tocaron durante 45 minutos sus éxitos de hace dos décadas, aunque el público ya lo había olvidado cuando una hora después salieron al escenario los dueños de esta noche bilbaína.
1- Brown sugar
2- Start me up
3- You got me rocking
4- Don’t stop
5- Angie
6- You can’t always get what you want
7- Can’t you hear me rocking
8- Tumbling dice
9- Slipping away (Keith Richards)
10- Before they make me run (Keith Richards)
11- Sympathy for the devil
12- I just want to make love to you (Escenario B)
13- Street fighting man (Escenario B)
14- Like a rolling stone (Escenario B)
15- Gimme shelter
16- It’s only rock’n roll
17- Honky Tonk Women
18- (I can’t get no) Satisfaction
19- Jumping Jack Flash
Información de terra.es
EL AÑO 2004 LO EMPEZAMOS BIEN, PAUL MCCARTNEY
A las 22h37, con más de media hora de retraso, daba comienzo el espectáculo, al grito de «listos para el rock and roll» y con ‘Jet’, de su etapa al frente de The Wings. El británico se metió al público en el bolsillo con su saludo: «hola Gijón, hola Asturias, viva España», seguido de la célebre ‘All my loving’.
Treinta y tres años después de la disolución de la legendaria banda de Liverpool, Paul tuvo un emotivo recuerdo para sus ex compañeros fallecidos, John Lennon y George Harrison, a los que dedicó ‘Here today’ y ‘All things must pass’, respectivamente.
Rusty Anderson y Brian Ray, a las guitarras; Paul Wix Wickens, en los teclados; y Abe Laboriel Jr, en la batería; acompañaron al ex Beatle, que se despidió con ‘Hey Jude’. Pero los aplausos del público hicieron que interpretara cinco bises, entre los que no podía faltar ‘Yesterday’.
La gira 04 Summer Tour recorrerá en las próximas semanas otras 12 ciudades europeas, entre ellas, Lisboa, el próximo viernes, y Madrid, el 30 de mayo.
FESTIVAL DE JAZZ DE SAN SEBASTIAN
ERIC BURDON EN SAN SEBASTIAN EL 22 DE JULIO DE 2005
EL MUNDO
24 Julio de 2005
Poderoso arranque de Jazzaldia con Eric Burdon y Maceo Parker
Rafael Herrero (EFE)
El 40 cumpleaños del Festival de Jazz de San Sebastián ha arrancado con una exitosa Jazz Band Ball coronada por las poderosas presencias de dos mitos de la música, Eric Burdon y Maceo Parker. Los próximos días actuarán Roberta Flack, Joe Cocker, Gilberto Gil o Marlango.
Burdon, debutante en el Jazzaldia, demostró en la arena de la playa de la Zurriola que su voz, celebrada en los años 60 como la mejor de un blanco en el terreno del blues y el rythm & blues, continúa vigente y mantiene la tensión emotiva que elevó a la categoría de himno la eterna ‘The house of de rising sun’, de su antiguo grupo, The Animals.
Barrigón, canoso y con la movilidad limitada pese a sus esfuerzos, su poder reside en su voz, el patrimonio que conserva intacto y que convenció al público que abarrotaba la playa.
El cantante británico, ataviado con una camiseta oficial del Jazzaldia, ofreció un ritual profesional, perfectamente arropado por sus nuevos «animales»: Dean Restum a la guitarra, Martin Gerchwitz en los teclados -un memorable órgano Hammond-, Dave Meros al bajo y Bernie Pershey a la batería.
Con esta misma formación el líder de The Animals visitó España el pasado año para dar cuatro conciertos de presentación de su último trabajo, ‘My secret life’, título inspirado en una de las más recientes canciones de Leonard Cohen y que da nombre al primer disco en estudio grabado por Burdon en veinte años.
Además de algunos temas de este trabajo, como ‘Once upon a time’, Eric Burdon no especuló con su repertorio y regaló a sus seguidores muchas de sus canciones históricas, como ‘Don’t let me be misunderstood’, que tocó a ritmo de reggae, una muy rockera ‘We gotta get out of this place’, el clásico de John Lee Hooker ‘Boom, Boom’, la intensa ‘It’s my life’ y, cómo no, ‘The house of de rising sun’.
Tony Joe White, nacido el 23 de julio 1943 en Oak Grove (Louisiana), Estados Unidos, es un cantante de rock y compositor de blues estadounidense. Su principal éxito son «Polk Salad Annie» y «Rainy Night In Georgia».
Tony Joe White comenzó su carrera musical en Texas. Grabó su primer disco, «Black and white» en 1969. Su canción «Polk Salad Annie,» que él mismo compuso, fue un éxito inmediato, que rápidamente se convirtió en internacional. Este tema fue grabado más adelante por Elvis Presley. Su música se popularizó el «swamp rock», un estilo musical que fusiona el rock y la tradición de Louisiana.
Escribió «Rainy Night In Georgia» para Brook Benton que la convirtio en un éxito. También escribió temas para Ray Charles, Dusty Springfield, Wilson Pickett, Waylon Jennings, George Jones, Tina Turner.
LA NOCHE DEL 23 DE JULIO DE 2005, ROBERTA FLACK
Nació en 1939 en Carolina del Norte. Era hija del organista de la iglesia baptista de Nashville, por lo que desde pequeña se orientó musicalmente tocando el piano.
En su juventud recibió nociones musicales y clases eventuales en la Universidad Howard. Tras un periodo dando clases, fue descubierta por Less McCann cantando en un club de jazz. Muy poco después y gracias a él, firmó con la discográfica Atlantic.
Sus dos primeros álbumes (First take en 1969 y Chapter 2 en 1970) apenas sonaron y no llegaron a colocar ningún sencillo. Pero esto cambió cuando en la banda sonora de Play Misty for Me se incluyó una versión de The First Time Ever I Saw Your Face (canción del cantante folk Ewan McColl, que ya aparecía en su álbum debut. El single se convirtió en número uno y permaneció en lo más alto seis semanas, convirtiéndose en uno de los mayores hits de 1972.
En ese mismo año Roberta se unió con su compañero de clase Donny Hathaway para grabar un álbum juntos, del que se extraerían éxitos como Where is the love o la versión del clásico de Carole King You’ve got a friend.
Pero su mayor éxito le llegaría en 1973, y el tema Killing me softly with his song, convirtiéndose en número uno por cinco semanas y siendo uno de los grandes hits de la música contemporánea.
En 1974 volvió a las listas de ventas con Feel Like Makin’ Love. En ese año se tomó un descanso para actuar con fines benéficos. En los siguientes años sus apariciones eran escasas pero continuaba trabajando duro. En 1979 Donny Hathaway se suicidaba haciendo volver a la escena a Roberta. Afectada por la pérdida, buscó un nuevo compañero musical; Peabo Bryson, con quien hizo una larga gira durante 1980. En 1983 grabaron juntos, consiguiendo el éxito Tonight, I Celebrate My Love. Durante toda la década de los 80s se centró en actuar más que en grabar, haciendo numerosas giras y actuando junto a Miles Davis.
Volvió a los puestos altos de las listas en 1991 con el dúo Set the Night to Music junto a Maxi Priest. Durante toda la década de los años 1990 y en la actualidad se dedica a hacer interminables giras mundiales, en las que especialmente se centra en el jazz.
EL DE BOB DYLAN, UN CONCIERTO MULTITUDINARIO el dia 11 de julio de 2006 en San Sebastián
83.550 espectadores, según la organización
Fundación Kursaal y Heineken Jazzaldia, organizadores del Concierto por la Paz celebrado en la Playa de la Zurriola de San Sebastián, estimaron en un mínimo de 83.550 las personas asistentes al evento. Los cálculos efectuados por la organización fueron los siguientes:
630 metros de longitud de playa con público x 80 metros de anchura media con público=50.400 metros cuadrados con público
50.400 metros cuadrados con público -5.300 metros cuadrados ocupados por las instalaciones=45.100 metros cuadrados efectivos con público
45.100 metros cuadrados efectivos con público x 1,5 personas de media por metro cuadrado=67.650 personas en la playa
67.650 personas en la playa + 3.900 personas en las gradas + 12.000 personas en el paseo=83.550 personas.
DIARIO VASCO
12 de Julio de 2007
SAN SEBASTIÁN. DV. La enorme expectación que despertó el Concierto por
la Paz era palpable no sólo en los miles de personas, ya más de 20.000, que se encontraban situadas en la arena antes de que Dylan saliera a escena, o en la riada de gente que avanzaba, como una larga cola en movimiento, por el puente del Kursaal y el paseo de La Zurriola, haciendo el trayecto necesario para bajar a la playa. También la Prensa era un reflejo del interés despertado por este acontecimiento. Medios extranjeros y nacionales, reporteros, cámaras y fotógrafos (estos últimos con las dificultades impuestas por Dylan, que se niega a ser retratado en sus conciertos) hacían su trabajo entre la marea de gente. En total, más de 160 periodistas acreditados, correspondientes a unos 70 medios informativos.
Las instituciones que habían patrocinado el acto se mostraban satisfechas del resultado, aún antes de comprobar lo que pudiera dar de sí Dylan. La convocatoria musical por la paz había funcionado. Tras disfrutar del concierto de Mikel Laboa, el diputado general Joxe Joan González de Txabarri se mostraba muy satisfecho: «Es un espectáculo ciudadano impresionante ver esta adhesión a un acto por la paz, hay una atmósfera estupenda, con la sensibilidad de todo el mundo a flor de piel. Mikel Laboa ha puesto un tono de enraizamiento en la tradición muy adecuado, y es estupendo que Bob Dylan haya hecho un alto en su gira para sumarse».
Por su parte, Odón Elorza consideraba en el intermedio de la actuación de los dos artistas que «va a ser una manera de expresar las ansias de paz y libertad que siente la ciudadanía y los deseos de que el proceso culmine felizmente, desde el recuerdo a las víctimas. La gente ha respondido maravillosamente a pesar de la amenaza del tiempo, así que, aún antes de que Dylan haya salido a escena, el objetivo está cumplido», señaló el alcalde de San Sebastián.
Por su parte Miguel Martín, director de la organización del concierto, aún cansando porque «estos cuatro últimos días han sido agotadores», se mostraba satisfecho de que todo estaba funcionando muy bien, pero no se atrevía todavía a hacer estimaciones de cifras, a pesar de la evidencia de que eran muchos los miles de personas reunidos. «Ha sido muchísimo trabajo, y un gran esfuerzo físico para mucha gente, pero ha merecido la pena». Contento por la asistencia, no podía evitar preguntarse qué hubiera sido si llega a hacer sol durante todo el día.
SCORPIONS EN TORRELAVEGA EL 15 DE JULIO DE 2006
Rudolf Schenker es el único miembro original que queda en Scorpions, el legendario grupo de hard rock alemán que actuó en Torrelavega y que, después de más de 40 años de carrera y éxitos como ‘Alien Nation’ o ‘Rock you like a hurricane’, siguen en la primera línea.
De gira por varias ciudades europeas el grupo recaló en Torrelavega el día 15 de julio, dentro del programa de actos previstos para celebrar el Año Jubilar Lebaniego.
Los escorpiones son los únicos animales que sobrevivirían a un holocausto nuclear y, por eso, Rudolf Schenker lo eligió como nombre para el grupo que formó en 1965.
La banda, formada por el cantante Klaus Meine y el guitarrista Matthias Jabs, y por los últimos fichajes, el batería James Kottak y el bajo polaco Pawel Maciwoda, un concierto como los que han hecho mítica a la banda.
Scorpions hizo historia en 1989 al ser la primera formación musical occidental que tocó en el bloque comunista, con un concierto en la Plaza Roja de Moscú.
THE WHO EN BILBAO EL 19 DE MAYO DE 2007
A LA ALTURA DE LA LEYENDA
EL CORREO
20-5-2007
Josu Olarte/Bilbao
The Who dan la talla en Barakaldo ante más de 12.000 personas, apoyados en un gran repertorio que les incluye por derecho en el club de los más grandes
The Who ofrecieron ayer en Barakaldo -el mismo día en que su guitarrista fundador, Pete Townshend, cumplía 62 años- el tercer concierto de su nueva gira europea. Llegaban con el terreno abonado por las buenas sensaciones que dejaron en su tour del año pasado, el primero con canciones nuevas -las de su último trabajo, ‘Endless Wire’- que en casi un cuarto del siglo ofrecía la última banda mítica de los sesenta, que jamás había actuado a este lado de los Pirineos.
El grupo británico, o mejor lo que queda de él, es una banda histórica que nunca fue muy popular por estos lares, por lo que conservan una cierta aura de conjunto para iniciados. A pesar de todo, y pese a que el pasado verano llegaron a suspender su actuación en Barcelona, fueron capaces de convocar a más de 12.,000 personas, con seguidores de largo recorrido llegados de toda la cornisa cantabrica.
Fieras de piel arrugada
Townshend, el legendario guitarrista, se dirigió a los fieles al presentar ‘Who you are’ para decirles «ya sabéis quiénes somos». Se sabía de las buenas vibraciones de sus anteriores bolos españoles, pero había ganas de corroborar si estos dos señores, que juntos suman más de 120 años y que de un tiempo a esta parte se habían dedicado a cuestiones extramusicales como la solidaridad, la literatura o la cría de gusanos de seda, estaban a la altura de una leyenda.
Había que comprobar si su actual perfil es el de los profesionales que rentabilizan su pasado o el de las fieras de piel arrugada capaces de trasladar a estos tiempos algo de aquella furia generacional que les permitió rivalizar con las más grandes bandas británicas y que en 1970 concretaron aquel ‘Live at Leeds’, uno de los mejores discos en vivo jamás grabado.
Salvando las distancias y la erosión del tiempo, The Who pasan el examen, apoyados en un gran repertorio que da argumentos a quienes les sitúan en el exclusivo club de los más grandes. Roger Daltrey y Pete Townsend reclaman como es natural el protagonismo pero cuentan con el eficaz respaldo que, en un segundo plano, aportan cómplices como el veterano teclista John ‘Rabbit’ Bundrick, el bajista Pino Palladino, el baterista e hijo de Ringo Starr, Zak Starkey, o la segunda guitarra del hermano menor de Pete, Simon Townshend.
Entre las anécdotas, la de Pete Townshend, que cometió la temeridad de irse a ver al Chelsea ganar la FA Cup, lo que causó desazón entre sus compañeros, pero que no impidió su regreso para comenzar con puntualidad británica atacando, como siempre, su primer sencillo, ‘I Can’t explain’. Con una puesta en escena sobria, pero resultona con las sugestivas proyecciones, el grupo fue desgranando su imbatible colección de clásicos (‘The Seeker’, ‘Substitute’, ‘Behind blue eyes’…) Con un Daltrey adaptando su tono vocal y sabedores de lo que el publico les demanda, incluyeron temas, alguno acústico, de sus míticas películas ‘Quadrophenia’. Con el personal ya entregado, iniciaron la traca final de bises con ‘Kids are allright’, ‘Amaizing journey’ y las peliculeras ‘Pinball Wizard’ y ‘See me, feel me’. Como dice Daltrey en las líneas interiores de ‘Endless Wire’, «The Who son ahora dos y para mí todavía funciona».
EL DIARIO VASCO
The Who aguantaron el tipo, sí señor. Y de qué manera. The Who, o lo que queda de ellos: dos intérpretes sexagenarios que han visto morir por el camino al resto de la banda, que no grababan un disco desde primeros de los ochenta en pleno declive, que han sobrevivido a broncas, desmadres sin cuento, modas, mods (con perdón), y tropelías varias.
Pero ni se arrastran ni arrastran la leyenda de esta formación clave en la historia del rock anglosajón que el sábado demostró que lo que se presumía el año pasado iba ser un maltrecho regreso marcado por el paso de los años y el número de ceros del cheque, se ha convertido un año después en una ceremonia plena de madurez y de coherencia adulta. Porque no hay nada más triste que querer ser lo que no se es.
Aunque exploten sin duda el tirón comercial y el inesperado revival que la serie CSI les ha procurado, un arreón que ha revelado a nuevas generaciones la existencia de una banda a la altura de los Stones, Beatles o The Kinks. The Who giran hoy conscientes de sus limitaciones y ocultan mucho menos de lo que dan.
Lo que tienen Daltrey y Townshend son agallas por encima de todo. Hoy, que vuelven hasta los que renegaron de su pasado, los que se tiraron de los pelos y se mentaron a la madre, el regreso de The Who es una gloriosa revisión de un pasado que no merece perderse en el olvido ni ser arrastrado por la marea de un presente musical que no recuerda más allá de unas horas.
Daltrey y Townshend son amos y señores del repertorio que manejan y sabedores de que repetir los clichés que los convirtieron en enfant terribles del rock a base de arrasar el mobiliario, destrozar guitarras, lanzar el micro en plan kamikaze y lucir una chulería insultante no se sostiene hoy.
El hijo de Ringo
Una serenidad envolvente y una vorágine contenida marcan el show de principio a fin. El que fuera cuarteto es hoy sexteto, sumados cuatro músicos entre los que se revela un auténtico talento a la altura de los mejores baterías del género, el hijo del beatle Ringo Zack Starkey, que tutea a sus jefes en un alarde permanente que confirma el olfato de la pareja paralos fichajes y demuestra que pasado y presente se pueden dar la mano sin necesidad de recurrir a imposturas. Y con la intimidante sombra de Keith Moon al acecho. Estuvo colosal.
Habían abierto la noche Loquillo, escoltado por unos Trogloditas también repleto de supervivientes y bajas que arreció en media hora con lo más granado de su repertorio y los Rose Hill Drive, un joven trío que hace las delicias de los nostálgicos que se mueven entre Cream y unos Allman Brothers a tres.
Le dieron al palo setentero con energía adolescente y es cuestión de tiempo saber cuánto van a durar a base de clavar a los clásicos más sudorosos con eficacia, maneras y escasa originalidad pero de sobra para soliviantar los ánimos del recinto.
Demagogía, la justa, nostalgia, la que cada uno se llevó al recinto. La puesta en escena se apoyó en proyecciones añejas en blanco y negro, psicodelias caprichosas, símbolos, un despliegue visual donde el grupo parece avisar de que eso fueron y lo saben, pero que ya no se les puede pedir más que talento para sacar adelante conciertos de vitalidad imposible.
Arrancaron con I can’t explain y se detuvieron lo justo en su nuevo disco, Endless Wire: Mike Post Theme, el guiño a Baba O’Riley de Fragments. Es sin duda un disco superior a sus últimas dos entregas ochenteras antes de que se borraran del mapa, pero también está igual de lejos de cualquiera de sus obras maestras.
En el trayecto, las tablas de la ley: My generation, The kids are alright, The seeker, Behind Blue Eyes, Baba O’Riley, Join Together, Who are you, Bargain, Won’t Get Fooled Again, Pinball Wizard, See me, Feel me. En fin, la caraba. Un tiovivo que iba del rock furioso a la ópera rock ampulosa.
Acabaron solos los dos, acústica y taburete en ristre, soportando el peso de la púrpura y el crespúsculo. Era, además, el cumpleaños de Pete Townshend: 62 castañas, el mejor antídoto para anular el dicho de que el rock no sólo es insolencia juvenil. ¿O sí? por cierto, ¿qué pasaría si giraran hoy Jagger y Richards o McCartney y Ringo con cuatro mercenarios detrás?.
THE ROLLING STONES EN SAN SEBASTIAN
23 de Junio de 2007
ANTE 35.000 ESPECTADORES
Los Rolling Stones ‘conquistan’ Anoeta en su primer concierto en San Sebastián
Jagger no dejó de saludar al público y recordar que era la primera actuación allí
La banda se centró en los temas más conocidos, como ‘Brown Sugar’ o ‘Satisfaction’
EUROPA PRESS
25 DE JUNIO DE 2007
SAN SEBASTIÁN.- El mítico grupo británico de rock and roll Rolling Stones actuó el sábado por la noche por primera vez en San Sebastián, ante cerca de 35.000 espectadores, en su segundo concierto en España, dentro de una gira europea que le llevará esta semana a Madrid y El Ejido (Almería).
Tras pernoctar en el Hotel María Cristina de San Sebastián, sus ‘Satánicas Majestades’ hicieron bailar durante casi dos horas al público donostiarra y de otros lugares que se acercaron hasta el Estadio Anoeta para pasar la noche de San Juan disfrutando del buen rock and roll de la banda liderada por Mick Jagger y Keith Richards.
Con un cuarto de hora de retraso, la actuación comenzó con la conocida canción ‘Start me up’ y un alarde de luces y fuegos artificiales. Después de ‘Let’s spend the night together’ llegó el momento de los saludos, en euskera: «Kaixo Donostia, zer moduz» (Hola San Sebastián, ¿qué tal?).
A lo largo del concierto, Mick Jagger no dejó de saludar a los espectadores bilbaínos y franceses y de recordar que ésta era la primera vez que actuaba en San Sebastián.
Un tour que finaliza el 21 de agosto
El grupo reinició la etapa europea de su tour mundial el pasado día 5 en Bélgica y, tras pasar por una veintena de localidades europeas, finalizará el 21 de agosto en Londres.
‘A bigger bang’ es también el título de su último trabajo discográfico, editado en septiembre de 2005, aunque la formación se centró en sus temas tradicionales.
Una vez más, el cantante británico hizo gala de su buena forma física corriendo de un lado a otro del escenario y contoneando sus caderas, con sus casi 64 años.
Otra de las bazas del concierto fue el impactante escenario, con pantalla gigante y una pasarela hidráulica que comunicaba el escenario grande con el pequeño, este último situado en el centro del estadio. Allí, el concierto llegó a su momento álgido con la canción ‘Satisfaction’.
Momentos estelares
Uno de los momentos más especiales del concierto, en lo que a música se refiere, fue un magnífico homenaje a James Brown con la interpretación de ‘I go crazy’, en la que la potentísima voz negra de Lisa Fisher se enlazó en un intenso baile coral con la de Jagger.
Y entre la música, el inevitable espectáculo de megaestrellas del rock que conlleva un mastodóntico concierto como éste: mientras sonaba la estupenda ‘It’s only Rock’n’Roll’, los cuatro indómitos músicos se desplazaban en un escenario móvil hasta el centro del Estadio de Anoeta, donde interpretaron además el himno de los himnos ‘Satisfaction’, lo que provocó un delirio entre el público desconocido en un recinto acostumbrado últimamente a las más lamentables penurias deportivas.
La parte final del recital acogió, como en el resto de conciertos de esta gira, clásicos como ‘Sympathy for the devil’, con presencia de las propias llamas del infierno, ‘Paint it black’ o ‘Brown sugar’, con más fuego para la noche de San Juan, para finalizar con un único bis: ‘Jumping Jack Flash’.
Los cuatro sexagenarios rockeros no se encontraban precisamente solos en el escenario, sino que su sonido creció arropado por una banda compuesta por el bajista Darryl Jones, el teclista Chuck Leavell, los saxos Bobby Keys y Tim Ries, el trompetista Kent Smith, Michael Davis al trombón y los vocalistas Lisa Fischer y Bernard Fowler, además del corista y guitarrista Blondie Chaplin.
Los Rolling Stones tuvieron como teloneros a los bilbaínos ‘Zenttric’, un grupo de pop-rock alternativo que apuesta por el sonido británico cantado en castellano, y al cantante de origen sudafricano Arno Carstens.
THE ORIGINAL BLUES BROTHERS BAND
Lugar: Campo de Fútbol de Larrea. Amorebieta.
Fecha y hora: hoy, a las 21.00 h.
Precio: 10 euros en taquilla y en los cajeros multiservicio de BBK.
A final de los 70, los actores y comediantes Dan Aykroyd y el fallecido por sus excesos John Belushi crearon The Blues Brothers de casualidad. Provocaron una moda en torno al blues y el soul, debutaron con el número 1 en USA ‘A Briefcase Full Of Blues’ (78), explotaron su éxito en la película ‘Granujas a todo ritmo’ (80) y se disolvieron porque de su tercer LP, ‘Made In America’ (81), sólo vendieron 300.000 copias.
Varios de sus músicos mantienen 25 años después la empresa bajo el nombre de The Original Blues Brothers Band. La lidera Steve Cropper, guitarrista que participó en la creación del soul sureño junto a Otis Redding, Sam & Dave, etc. Habla desde Madrid ante su concierto de esta noche en Amorebieta.
-Otra vez aquí.
-Me encanta actuar en España. La gente se implica de verdad. Canta a coro y baila un montón. Nos encanta venir a Europa desde la primera vez, en 1967, con la gira Stax/Volt. En esa época pensábamos que estábamos triunfando en Estados Unidos facturando música regional sudista, pero en Europa nos dimos cuenta de que el éxito era mundial.
-¿Cómo se formaron The Blues Brothers?
-A final de los 70, mi amigo Duck Dunn y yo tocábamos para Levon Helm (batería de The Band) y John Belushi me telefonéo y me dijo que nos quería como parte de la banda del programa televisivo ‘The Saturday Night Live’. Ahí se reunían algunos de los mejores músicos de sesión. Solíamos tocar con Dan y John calentando al público antes del programa. Un día teloneamos a Steve Martin en el Universal Ampitheatre y la segunda noche la audiencia se puso a chillar: «¿Blues Brothers!, ¿Blues Brothers!», así que nos decidimos a grabar ‘Briefcase Full Of Blues’. Después rodamos la película y fue un pelotazo.
-Muchos opinan que los Blues Brothers sólo eran un chiste, pero preservaron el soul y el R&B.
-Yo creo que los Blues Brothers, Dan Aykroyd y John Belushi, fueron sinceros con su música. Además pienso que en esos días ayudaron a recuperar el blues y el rhythm and blues. Danny Aykroyd es probablemente uno de los hombres más honestos y sinceros que he conocido nunca. Tanto como John Belushi.
¿A quién no le habría gustado conocer a uno de los hombres más divertidos del mundo?.
-A nadie.
-Hacer películas con esos tíos fue un honor. ‘Granujas a todo ritmo’ se ha convertido en un clásico y es agradable saber que yo formo parte de él. Además, añadimos a la música soul una actitud cruda, podríamos incluso decir que punk, que se perdió en los 70. Esa película ha hecho un montón por el soul. La gente de todo el mundo pudo conocer a Ray Charles, Aretha Franklin, Cab Calloway…
-¿Dónde suelen actuar ahora?
-En los ‘States’ tocamos en festivales, universidades, teatros… Donde sea. En dos semanas estaremos en el Casino Niagara Fallsview con Dan Aykroyd y Jim Belushi (hermano de John).
-Usted podría vivir de los royalties y de sus otras empresas. ¿Por qué sigue en la carretera?
-Me gusta tocar ante el público. Es cuando mejor suena la música. ¿En vivo! Has de pelearte con el ambiente y adaptarte a él, pero cuando te conjugas con el resto de la banda y ves que la audiencia disfruta, es como estar en el cielo.
-¿Cómo será su concierto de Amorebieta?
-Tocaremos todos esos clásicos del soul, el R&B y el blues que debe esperarse de los Blues Brothers. Si os gusta la buena música, entonces disfrutaréis con el show: es una gran banda con grandes músicos tocando grandes canciones.
Martes 18 cronica del concierto
UNA GRAN HERMANDAD
Óscar Cubillo
El domingo, los Blues Brothers originales celebraron el 25º aniversario de la divertidísima película ‘Granujas a todo ritmo’ en Amorebieta y obtuvieron un merecido premio de la nutrida audiencia, que no dejó de sonreír felicísima, de corear el cancionero conocido y de disfrutar.
Fue un cancionero conocido, pero no manido, pues el sonido llegó explosivo, el brillo espectacular, americanista y digno de los casinos de Las Vegas, y los arreglos imaginativos y resolutivos, como se supone en unos músicos no sólo veteranos, sino también en la elite de alquiler. Entre los diez hombres que subieron al tablado del campo de Larrea, había tres que aparecen en la comedia: Steve Cropper (guitarra, obrador de tantos éxitos de soul sureño de los 60), Blue Lou Marini (saxo, que sigue igual que un teleñeco), más Alan Mr. Fabulous Rubin (trompeta, avejentado respecto a la película).
Los diez oficiaron una gran velada de soul y ritmanblús. Nosotros pillamos sitio delante y, al mirar atrás, veíamos a chicos y chicas, hombres y niños, todos sonrientes y con luz en los ojos, lo cual no se debía sólo a que imaginaran fragmentos de ‘Granujas a todo ritmo’, sino a la calidad inherente de la banda. Blue Lou dijo en las presentaciones finales que los músicos se habían convertido en una hermandad, la cual traspasó hasta el respetable.
Dos veces la vimos en La Casilla pero, por primera vez, la Original Blues Brothers Band emuló con los trajes negros a John Belushi y Dan Aykroyd, cuyos papeles asumieron ‘Fish’ Fisher (el vejete de barba cana imitó las posturas de Otis Redding en ‘I Can’t Turn You Loose’) y el todoterreno Rob ‘The Honeydripper’ Paparozzi.
Y así, insuflando fiesta pero sin caer en el rol de banda tributo, los Blues Bros. actuales arrancaron con instrumentales de ritmo poderoso (‘Green Onions’, de los MGs) y de seguido procedieron a agitar un listado con funk soterrado (‘Messin’ With The Kid’, de Jr. Wells), R&B apegado al terruño (‘She Caught The Katy’, de Taj Mahal), clásicos soul (‘Soul Man’ de Sam & Dave, ‘Knock On Wood’ de Eddie Floyd, ‘Turn On Your Lovelight’ de la segunda película, ‘Everybody Needs Somebody To love’ de Solomon Burke), blues cortante (‘Shotgun Blues’) y la coña marinera y coral de Cab Calloway.
ROGER WATERS EN BARCELONA – 21 de Abril de 2007
Una vieja radio, un bimotor de época sobre la misma, el humo de un cigarrillo en un cenicero, un vaso de whisky y una mano que al mover el dial pasaba de Elvis a Chet Baker de My funny Valentine. Eso era lo que el público veía y oía al entrar en el recinto y, sí, mejor no podía expresarse que la mirada de la noche se dirigía hacia atrás. Estos motivos llenaban la pantalla que presidía el escenario en el que Roger Waters interpretó anoche The dark side of the moon y una larga lista de éxitos de Pink Floyd en un concierto de tres horas en un Palau Sant Jordi repleto. El concierto comenzó pasados pocos minutos de las 21.30. Roger Waters vestía de negro impoluto que resaltaba sus canas. La pantalla borró radio, whisky y avión y los sustituyó por motivos rojos. El sonido era sobresaliente, espectacular.
JOHN MAYALL EN SANTANDER fue el 31 de Julio de 2007
EL DIARIO MONTAÑES
Miercoles 1 de Agosto de 2007
JUAN DAÑOBEITIA/SANTANDER
Se puede hablar sin decir una palabra. Ya es un hecho. Demostrado. Una guitarra tocada por Buddy Whittington y un hammond, armónica o cualquier instrumento con alma de blues puesto en las manos de John Mayall son capaces de mantener una conversación. Y sin endogamia, elitismos o pedantería. A lo sincero. Enseñando a músicos jóvenes, aficionados de todas las edades y nostálgicos de los sesenta, porque al músico inglés se le confiere el grado de maestro. Porque Mayall, además de ser el padre del blues blanco (no por muchas veces repetido, el hito deja de ser noticia), es uno de esos genios que nació para expirar sentimientos entre pentagramas improvisados; para estremecer y divertir a partes iguales gracias a la simple virtud de haber vivido entre notas, acordes y ritmos de sangre negra; para, en definitiva, subirse a un escenario y conseguir que las cerca de dos horas que duró su concierto del pasado lunes, pasen entre golpes de pie en el suelo, siguiendo la batuta de un genio con infinito gusto musical.
Firmando uno de esos carteles históricos que últimamente aparecen por Santander (cabe recordar que en febrero pasó por la capital cántabra John Cale), el bluesman de piel blanca y más de setenta años a sus espaldas dejó un sabor a música inmejorable. ‘Burned bridges’, ‘Oh pretty woman’ o la inmejorable ‘Now I’ve got a woman’ de Freddie King (su reciente e ineludible ‘In the palace of the king’ es un homenaje al tercer rey mago de la guitarra blues, junto a BB King y Albert King), son algunas de esas piezas en las que, cuando empiezan a sonar, uno anhela poder ponerse en pie y dar palmas a ritmo de gospel. Porque el blues, aunque de raíz negra, es un ritmo tan universal y mágico que toca el alma de cualquier aficionado a la música.
Plagado de momentos memorables, como el bis final en el que arrancó ‘Room to move’, Mayall y los Bluesbrakers de hoy, Joe Yuele a la batería y Hank Van Sickle al bajo, llenaron de lamentos y esperanzas las paredes del Centro Cultural Caja Cantabria, que nuevamente se volvió a comportar como un teatro de perfecta acústica y correcta ambientación.
Sin artificios, con las luces adecuadas para un concierto en el que prima el sonido sobre cualquier otro elemento visual o escénico, con todas las butacas ocupadas por gente dispuesta a repetir otra noche similar, siempre y cuando se les reclame con una nueva figura de la música contemporánea (¿por qué no soñar con Tom Waits?). La cita con el músico que vendió y firmó discos media hora antes y media hora después de dar su concierto, fue irrepetible. ¿Alguien se puede imaginar a alguna de esas estrellitas de nuevo cuño, con todo por demostrar, cobrando los 10, 20 o 30 euros de sus cedés? Ya ven, John Mayall, con todo demostrado, lo hizo.
Por cierto, nombrar a los Bluesbrakers y obviar en un primer momento el nombre de Buddy Whittington, no es un mero descuido. Su ingenio va más allá de poder nombrarle como un virtuoso de la guitarra. Porque coger el testigo que otrora llevaron nombres de la talla de, por ejemplo, Eric Clapton, y conseguir que a la salida del teatro sea tu nombre el más repetido, está a la altura de unos pocos. Si tuviera que enfrentarme a la injusticia de elegir una canción, un momento, un segundo musical de los vividos hace un par de noches, sería cualquiera de los que Buddy Whittington exprimió, parafraseando a Leon Russell, en ‘Help me through the day’. Una de esas canciones que, simplemente, emocionan hasta el éxtasis, queriendo abrazarte a la melodía y voz de uno de los mejores temas en directo que han podido sonar en Santander en las últimas décadas.
MAGICOS ’70 EN TORRELAVEGA EL DÍA 2 DE FEBRERO DE 2008
JOHNNY WINTER EN SANTOÑA EL 23 DE JULIO DE 2008
LOS DATOS
Johnny Winter (USA)
Grupo invitado: Los Reyes del KO (Berlín/Madrid).
21:30h / Plaza de Toros – Santoña, Entrada anticipada 20 euros / Taquilla, 23 euros.
El concierto de Johnny Winter, previsto para hoy, se celebrará finalmente en la Plaza de Toros de Santoña en lugar del Instituto Manzanedo, escenario anunciado inicialmente. El legendario Johnny Winter actúa por primera vez en Cantabria tal como ya se avanzó. La cita contempla un doble cartel que completa la banda Los Reyes del K.O.
Winter, una leyenda viva y uno de los guitarristas de blues más populares desde que se hizo conocido en los años 60 gracias a su enérgica manera de tocar y cantar, se convirtió en el eslabón natural entre el rock sureño estadounidense y el blues-rock británico. Ha pasado mucho tiempo desde aquel mítico encuentro entre BB King y Johnny Winter, cuando un joven guitarrista blanco y albino consiguió tocar junto al gran maestro para ganarse su respeto. En los años venideros Winter forjó su propio lugar de referencia, convirtiéndose en una estrella de técnica tan emocionante como incendiaria. El músico, que colaboró con Muddy Waters en ‘Hard Again’, premiado con un Grammy, protagoniza conciertos de una fuerza enorme.
MAKI, MARCOS, PHIL & BOLI EL DIA 2 DE OCTUBRE DE 2009 EN EL SINFONIA DE TORRELAVEGA
THE PUZZLES EN LA ESTACION MARITIMA DE SANTANDER EL DIA 9 DE OCTUBRE DE 2009
GENERAL LEE SWING BAND EN LA ESTACIÓN MARÍTIMA DE SANTANDER EL DÍA 6 DE NOVIEMBRE DE 2009.
MARCOS BARCENA & FRIENDS EL DÍA 30 DE OCTUBRE DE 2009 EN LA ESTACIÓN MARÍTIMA DE SANTANDER
JAZZ STOP EL DIA 19 DE MARZO DE 2010 EN LA ESTACION MARITIMA DE SANTANDER
MANHATTAN TRANSFER EN EL CONCHA ESPINA DE TORRELAVEGA EL DIA 8 DE JULIO DE 2010
EL 16 DE JULIO DE 2010, ASISTIMOS AL IN FESTIVAL EN EL PALACIO DE LOS DEPORTES DE SANTANDER
Nadie diría lo mucho que tienen en común un chaval blanco de Boston y una curtida funcionaria de prisiones a la que alguien un día dijo que era demasiado negra para triunfar, pero esta noche Eli «Paperboy» Reed y Sharon Jones han demostrado en Santander por qué son las estrellas emergentes en el mundo del soul tras una concierto en el que han firmado la noche más negra del verano.
El estreno del San Miguel In Festival de Santander ha reunido por primera vez este año sobre un escenario en España a los dos valores del soul que están en boca de todos los aficionados al género, inmersos ambos en la promoción de sus últimos trabajos: «I learned the hard way», el cuarto disco de Jones, y «Come and get it», el segundo de Reed.
El chico de Massachussets y la diva de Georgia pertenecen a generaciones diferentes -él tiene 27 y ella 53- y han llegado al éxito por caminos diferentes, pero ambos poseen un torrente de voz en el que muchos reconocen las esencias del soul más clásico.
En un festival que prometía diez horas de música rock y soul ininterrumpidas, el cartel ofrecía tres platos fuertes una vez entrada la noche: Jones, Reed y el arranque de la gira con la que Loquillo va a celebrar por toda España sus 30 años de carrera.
Abrió el fuego Jones, que ya había calentado motores ayer en Madrid en la primera de sus dos citas de este verano en España.
Arropada por los Dap Kings, la banda que le es fiel desde hace años, aunque también haya tenido mucho que ver en el lanzamiento de Amy Winehouse, Sharon Jones echó mano en su concierto del repertorio de sus dos últimos discos, alternando temas recientes con algunas de las joyas de su antecesor, «100 days, 100 nights».
Jones recibió los primeros aplausos con «Money» y «If I call you», emocionó con «Mamma don’t like my man» y, conforme el público se iba encendiendo, fue liberando el volcán de su contundente presencia. Mediado el concierto, se desató, se despojó de sus zapatos y enseñó hasta qué punto el soul puede retorcer un cuerpo.
Sin embargo, su concierto acabó con cierta brusquedad, con dos temas de su anterior disco, «Keep on looking» y «100 days, 100 nights», a los que no siguió ni un solo bis.
No hizo falta. Enseguida subió a las tablas Eli «Paperboy» Reed y encadenó dos temas que agitaron a la concurrencia, «Satisfier» y «Name calling».
Por si alguien tenía la tentación de bajar la temperatura al concierto, Reed se encargó de disipar cualquier duda pidiendo al tercer tema que le quitaran el ventilador colocado a sus pies.
El cantante al que alguien apodó «Paperboy» por su pinta de repartidor de periódicos salió de la situación pidiendo otro aplauso para Jones y sus Dap-Kings. «Son buenos amigos», se justificó.
Reed alternó baladas de su anterior trabajo con algunos de los temas más potentes de su «Come and get it» y guiños a los clásicos, como cuando encadenó su «Tell me what you wanna hear» con el «Twistin’ the night away» de Sam Cooke.
Cuando parecía que iba resistir todo el concierto sin una arruga en su impoluta presencia, «Paperboy» se arrancó la chaqueta del traje y se esforzó por ganarse al público, al que se dirigió en un castellano un tanto extraño con un «¿Estamos conmigo?».
Ya puestos, siguió presentando en español a todos los miembros de la banda y no se hizo de rogar. En cuando el público se lo pidió, Reed les obsequió con un arrebato final, en la que se sucedieron «Doin’ the boom boom» y «Explosion».
La noche continuó con Loquillo, que arrancó con «En las calles de Madrid» tras una pequeña introducción instrumental, fue repasando temas de su repertorio y haciendo guiños a referencias como Johnny Cash, para desembocar en un «Rompeolas» que levantó a sus seguidores.
EN CAMARGO EL DIA 6 DE AGOSTO DE 2010
EN UN TRIBUTO A THE BEATLES VIMOS A MARCOS, ISAIAS, CARLOS Y BOLI (BEATLES REVIVAL CANTABRIA) EL DIA 13 DE NOVIEMBRE DE 2010
EL 4 DE DICIEMBRE DE 2010 ASISTIMOS A LA DESPEDIDA «BYE, BYE RIOS» EN EL PALACIO DE LOS DEPORTES DE SANTANDER…
…PERO ANTES, EL DIA 22 DE JULIO, DIAMANTES MUSICALES PUDO ENTREVISTARLE A MIGUEL RÍOS EN EXCLUSIVA
EL DIA 2 DE ABRIL DE 2011 ESTUVIMOS EN LA INAUGURACION DEL ESCENARIO SANTANDER, BLOQUE FUE EL GRUPO QUE TUVO ESE HONOR
EL DIARIO MONTAÑES
3 de abril de 2011
Escenario Santander inauguró su espacio con un doble concierto
Los primeros sonidos de Escenario Santander, la nueva infraestructura musical creada en la ciudad, se escucharon anoche en la sede levantada en Las Llamas. Dos grupos históricos de la música cántabra, representantes de otras tantas épocas y generaciones, Bloque y Deltonos, protagonizaron la actuación inaugural. El público respondió al primero de los 18 conciertos gratuitos, mientras discurre el plazo hasta el día 15 para solicitar local de ensayo en las instalaciones. En el espacio, ubicado en la Vaguada de las Llamas, la programación continúa hoy con un concierto matinal a cargo de la Banda Municipal, que desde las 12.30, interpretará un amplio repertorio de bandas sonoras para público familiar.