JULIÁN RUIZ
ACTUALIZADO 28/10/201503:16
A comienzos del mes de febrero de 1988 , George Harrison recibió un mensaje de su última casa de discos, Warner Music. Tras el gran éxito de su versión de Got my mind set on you», un clásico de Rudy Clark , que le había gustado toda su vida, la compañía le había sugerido grabar una nueva canción, como cara B en condiciones para reforzar This is love, el último gran tema que había escrito George con el líder de la Electric Light Orchestra, Jeff Lynne. Lynne también había sido el productor en Cloud nine, el último que George hizo en vida.
George Harrison quería rescatar la carrera de su viejo ídolo Del Shannon, el cantante de Runaway. Le estaba produciendo algunos temas nuevos, con la ayuda de Jeff Lynne, que se había convertido en su mano derecha. Pero la prioridad era hacer caso a la Warner y grabar un nuevo tema para el ex-beatle, cuya clave pensado.
Así que George y Jeff contactaron con Tom Petty para ir a su casa y recoger la guitarra que el chico de Liverpool se había dejado en casa del líder de los Heartbreakers. Cuando George , Jeff y Tom estaban allí, se presentó de repente el gran Roy Orbison. Tom y Jeff había escrito la formidable You got it para el último disco de Roy Orbison, el casi póstumo Mistery girl, que también incluía una gran canción de Bono y The Edge, She’s is a mystery to me.
George se había arruinado produciendo la película Shangai Surprise, con Madonna y Sean Penn de protagonistas. Había perdido casi todo el dinero que había ganado con el sello Handmade Films , el mismo que había producido La vida de Brian con los maravillosos Monty Python .
En medio de la conversación, entre las cuatro estrellas, Roy Orbison se ganó a George porque empezó a hablar de los Monty y de lo buenos que eran. No tuvo que apretar mucho George para convencer a Roy de que cantara una estrofa de la canción que había preparado para la cara B de This love.
El roñoso George
George, que siempre había sido muy roñoso, dijo que no quería gastarse mucho dinero en la grabación. Así que llamó a su buen amigo Bob Dylan, que tenía un pequeño estudio en su casa en Malibu. Como Bob no poseía un buen grabador multipistas, alquilaron un cacharro barato, un Ampex de 24 pistas.
A la mañana siguiente , los cinco jinetes del pop estaban en casa de Dylan, en Malibú. Mientras que George y Jeff empezaron a trabajar en la canción, Dylan se dedicó a preparar una barbacoa para todos en el jardín de su casa. El estudio estaba en el garaje. George recuerda que, en la puerta había una pegatina con las típicas palabras de Handle with care. Le gustó. Ya tenía el título de la canción.
Cuando la grabación estaba casi terminada, con las guitarras de Jeff y Tom, más la voz de Roy Orbison, Dylan llevó una bebidas y a George se le ocurrió decir:
-¿No Nos puede mejorar la letra de la canción este famoso letrista?
Bob Dylan sonrió y lo hizo con algunos apuntes histéricos en el texto, algo absolutamente nuevo en el estilo de Bob. Incluso se enrolló y grabó un fade de sólo de armónica al final de la canción. George presionó aún más y convenció a todos que cantaran como coro el puente del tema.
Al día siguiente , Lynne agregó guitarras y un bajo. La mezcla se hizo casi sóla. Roy Orbison fue el primer en marcharse porque tenía que actuar esa noche en Anaheim.
La locura en Warner
Horas después, George llamó a Mo Ostin, el presidente de Warner Music, a su despacho de Burbank. Cuando George le puso la canción a Ostin, al día siguiente, el presidente se quedó perplejo, asombrado. Aquello no podía ser una cara B. Era un éxito seguro, perfecto. El productor Lenny Waronker, que estaba en el despacho de al lado, también se rindió a la gran calidad del tema. Mo Ostin le sugirió enseguida a George de que convenciera a todos sus famosos amigos para hacer un álbum, todos juntos. Había algo más que química maravillosa en aquella grabación. Y, además, ya tenían el primer single, Handle with care, un éxito asegurado. Para la cara B se decidió aquel mismo día que se utilizara Breath away from heaven, que era la penúltima canción en Cloud nine.
Horas después , cuando George le contó a Jeff Lynne las propuestas de Warner, al ex-lider de la ELO no le pareció nada sorprendente. Todo estaba perfecto, dijo, mientras se metía en el estómago un par de cervezas mexicanas. El problema es que Roy Orbison había empezado su larga gira y sólo tendría una semana para grabar.
Todos se dieron prisa. Bob Dylan fue el más reacio a embarcar en la aventura, pero aceptó el envite como el que se anima a irse de juerga con unos amigos que iban a salir de todas formas. El álbum incluso saldría barato: Dave Stewart , el líder de Eurythmics, acababa de instalar un pequeño estudio en la cocina de su casa en Bel-Air. El líder de Euryhtmics quería producir el nuevo álbum de Dylan (finalmente lo grabaría Daniel Lanois, a sugerencia de Bono), así que puso la cocina y el estudio a partir de finales del mes de mayo de 1988. Durante 10 días, los cuatro músicos se reunieron con sus guitarras. No paraban de componer, utilizando a veces la voz de Orbison. El autor que más había contribuido a la creación de la canción era siempre el que más intervenía en la grabación.
Por ejemplo, Dylan en Dirty world, Congratulations y Tweeter and the monkey man, así titulada cuando no existía Twitter, ni mucho menos. Dylan se refería con esa palabra a una persona, a un ladrón, un rufián . Todos se esforzaron para que Roy Orbison cantara con esa maravillosa voz de barítono Not alone anymore, una brillante canción de Jeff y George, al igual que The end of the line, que era la más coral de todas y con la que despedían el disco. Rattled era de Jeff y Last night era de Tom, casi al estilo de un reggae.
Todos grababan coros juntos y aquella resultó una maravillosa dinámica de superación. Una hermandad de genios guiados por un líder llamado George Harrison. Sólo él con su humildad podía domesticar los presumibles egos. Lo cierto es que el disco, con el paso del tiempo, posee una calidad impresionante. Un milagro. Escucho el álbum y no me lo creo todavía.
Los hijos de Wilbury
Sólo faltaba el nombre del supergrupo. Dylan pasó de ponerle el apellido, a pesar de que fue la primera idea que les vino a la cabeza. George y Jeff se acordaron de lo que habían sufrido con los compresores y puertas en la mesa de grabación del disco Cloud nine. George los llamaba wilburys. Y se acordaron de ello. Así que a George se le ocurrió el nombre de The Trembling Wilburys. A Jeff le parecía demasiado . Así que sugirió el nombre de The Traveling Wilburys. Ambos lo decidieron en julio, cuando acabaron las mezclas definitivas en el estudio de George, en su mansión de Friar Park, donde habían trabajado con los dichosos wilburys. Pero nadie aceptó el nombre hasta que Dylan dio el visto bueno al definitivo The Traveling Wilburys.
Al agente de prensa de George, el mismo de los viejos Beatles, es decir, a Derek Taylor, se le ocurrió una historia. Por ahí aparecía un padre mujeriego, libertino y liberal llamado Charles Truscott Wilbur, que tenía cinco hijos, cinco balas perdidas, llamados Lucky Wilbury ( Bob Dylan), Speke Wilbury (George Harrison), Lefty Wilbury (Roy Orbison), Charlie T. Wilbury Jr. (Tom Petty) y Otis Wilbury (Jeff Lynne). Es decir, los Traveling Wilburys. Los «hermanos» en la causa, resolvieron que el álbum se llamaría simplemente Vol 1, porque pretendían hacer varios.
El disco apareció ante la gran sorpresa general, maravillosa sorpresa, el 18 de octubre de 1988. Fue un éxito inmediato. En la actualidad, lleva más de cinco millones de copias vendidas. El Monty Phyton Michael Palin escribió una inteligente nota en la portada, bajo seudónimo, por supuesto.
Menos de un mes después, nuestro Lefty Wilbury, es decir Roy Orbison, murió de un ataque al corazón. Sus hermanos hicieron un gran video con End of the line, en recuerdo de Roy, que había muerto con sólo 52 años. Su drama tuvo un presagio: una serie de fuertes dolores en la espalda que lo atormentaron durante sus últimas semanas. Ni siquiera fue al medico. Murió en casa de su madre, en Tennesse.
¿El fin de los Wilburys?
Aquel debió ser el fin para los hermanos Wilburys, pero George decidió seguir adelante y convenció a todos los demás. Volvieron a reunirse y grabar un segundo disco, otra vez en casa de Dave Stewart, entre el 27 de abril y el 15 de mayo de 1990. Para que no todo fuera igual, se cambiaron incluso los nombres . George pasó a llamarse Speke. Dylan fue Boo. A Tom lo llamaban Muddy y Clayton fue Jeff Lynne.
No aceptaron un quinto miembro para sustituir a Roy Orbsion, aunque el hijo de George, Dhani, participó como Ayrton Wilbury, como homenaje a Ayrton Senna, el piloto de Formula 1, gran amigo de la familia Harrison. George decidió llamar al disco Vol. 3, para equivocar «a los «ladrones y piratas» del momento. Como curiosidad, el primer tema que grabaron fue una versión de Nobody’s child, un tema que los Beatles habían hecho suyo en Hamburgo, con Tony Sheridan.
George Harrison siempre estuvo seguro de que si Roy Orbison hubiese seguido vivo, los Traveling Wilburys habrían realizado giras por todo el mundo. Y se dedicarían a grabar más Volúmenes.
George decía que, de haber salido de gira los Traveling Wilburys, él hubiera cantado Blowin in the wind en los escenarios y Dylan, desde luego, Something.
Y recordaba End of the Line:
Bueno, está bien, incluso si usted es viejo y gris / Bueno, está bien, todavía tiene algo que decir / Bueno, está bien, recuerde que debe vivir y dejar vivir / Bueno, está bien, lo mejor que podemos hacer es perdonar / Bueno, está bien, aunque el sol no brille / Bueno, está bien, vamos al final de la línea /
http://www.elmundo.es/cultura/2015/10/28/562fdfa022601d574b8b45e2.html