Dos décadas después de su última actuación, la pareja volvió a compartir ayer escenario, en Gerona

Iconna – Joan Castro
Romina y Al Bano, anoche durante su actuación en Peralada

DAVID MORÁN / BARCELONA
Día 06/08/2014 – 13.46h

Quizá no sea esa «Felicità» a la que le cantaban a principios de los ochenta, cuando aún eran una de los parejas más dinámicas de la canción italiana, pero por lo menos es un deshielo. O eso es lo que le gusta pensar a Albano Carrisi (Al Bano), quien empieza a vislumbrar un poco de calma entre tanta tormenta. «Hemos roto el hielo», aseguraba el cantante italiano cuando, a finales de mayo, se dejó ver en Barcelona para presentar la actuación que anoche le llevó a reencontrarse en Perelada (Gerona) con Romina Power.

Atrás quedaban las puñaladas televisivas, los reproches envenenados y las ruinas de un matrimonio personal y artístico que se hizo añicos tras la desaparición de su hija Ylenia en Nueva Orleans a principios de 1994. Y atrás quedaban también casi dos décadas en las que cada uno ha hecho la guerra por su cuenta. «Romina y yo tenemos ahora una relación perfecta. Ha conocido a los hijos de mi actual mujer y ha habido una fusión interesantísima entre ellos.

Tras muchos años sin hablarnos, de vivir en una tormenta, ha llegado la calma», recordaba el autor de «Nel sole», para quien su regreso a Perelada era algo sumamente especial. Especial por la relación que ambos mantienen con los Suqué-Mateu, familia propietaria del castillo de Perelada con la que estrecharon lazos tras su debut en 1985, y especial también porque los jardines de Perelada enmarcaron, en agosto 1994, el principio del fin. En su última actuación como pareja en la localidad gerundense, Al Bano y Romina cantaron juntos, sí, pero coincidieron menos de lo esperado sobre el escenario. La desaparición de su hija empezó a pasarles factura y, cinco años más tarde, en 1999, se separaron oficialmente.

Estuvieron casados desde 1970 y durante veinticinco años fueron uno de los más exitosos dúos de pop meloso y romántico, pero todo se vino abajo y se transformaron en paradigma de pareja mal avenida. Ahora, con las heridas de su convulsa ruptura aparentemente cicatrizadas, buscan arañar algo de aquel éxito pretérito reencontrándose sobre el escenario para cantar una vez más «Ci sarà», «Libertà», «Sharzan» y, claro, «Felicità».

En realidad, la reconciliación empezó a gestarse en octubre de 2013, cuando Andrei Agapov, un millonario ruso enamorado de la canción italiana, decidió agasajar a Al Bano con dos conciertos en Moscú. No fueron noches especialmente memorables -«fue un desastre; ella me pedía bajar dos tonos y eso para mí es como cortarme las piernas», recordaba Al Bano-, pero oficializaron el reencuentro con Romina y propiciaron cinco shows más en Estados Unidos y Canadá y un regreso a Perelada que anoche, en la víspera del aniversario del patriarca de la familia Suqué-Mateu, volvió a abrir las puertas a esa «Felicità» algo gastada de tanto usarla.

http://www.abc.es/cultura/musica/20140806/abci-bano-romina-perelada-201408052122.html