* La agitada historia de la canción más erótica de la música
Julián Ruiz | Madrid
Actualizado martes 01/10/2013 08:13 horas
A mediados del invierno de 1967, el compositor francés Serge Gainsbourg estaba desesperadamente enamorado de Brigitte Bardot. Hasta el delirio de haberle prometido componer la canción más bella de amor que se haya escrito jamás en el mundo. Una de esas tardes de amor y lujo, Serge convence a B. B. de que grabe esa canción perfecta de amor, pero con él.
El tema se llama ‘Je t’aime…. moi non plus’. Le explica que ambos deben estar cantando como si realmente se estuvieran haciendo el amor. Brigitte se excita con la idea y le dice que sí. Dos días más tarde, ambos graban el tema en el estudio B, de las salas de grabación de Barclay, en la Avenida Hoche, en París. Era el 10 de diciembre de 1967. Luego se ha sabido por boca del ingeniero de aquella sesión de grabación que tanto Serge como Brigitte se estuvieron masturbando para lograr mejores gemidos y susurros sexuales que fueran definitivamente reales. El arreglo era del gran Michel Colombier -Madonna lo contrató para sus temas de James Bond-.
La canción era formidable, porque tanto Colombier como Gainsbourg habían robado los mismos acordes y los pasajes de ‘A whiter Shade of Pale’, que durante los tres meses del verano había sido repetidamente numero uno en Francia. Todavía es récord absoluto de éxito en las listas francesas. Gainsbourg decía: «Ellos han robado a Bach, nosotros podemos robar a Procol Harum».
La primera esposa de Gainsbourg, es decir, Elisabeth Levitsky, que era de origen ruso, como el propio Serge, era una de las asistentes de Salvador Dalí y amiga del poeta George Hugnet. Así que Gainsbourg era un habitual en el apartamento de Dalí en París. La letra, asegura Gainsbourg, estaba inspirada en lo que decía siempre Salvador Dalí: «Picasso es español. Yo, también. Picasso es un genio. Yo, también. Picasso es un comunista. Yo, tampoco». Ésa era la idea de ‘Je t’aime… moi non plus’ («Te amo… yo tampoco»). El gran detalle significativo era haber compuesto una canción que era como la represión de no poder alcanzar nunca el amor físico hasta grados superlativos. El propio tabú del sexo. Esa letra está escrita como un auténtico diálogo entre dos amantes:
«Je vais et je viens, entre tes reins» («Voy y vengo, entre tus caderas». Literalmente: «Voy y vengo, entre tus riñones»).
«Tu es la vague, moi l’île nue» («Tú eres la ola, yo la isla desnuda»).
«L’amour physique est sans issue» («El amor físico es un callejón sin salida»).
Una vez terminada la canción, Serge Gainsbourg estaba eufórico y se fueron a un famoso restaurante parisino para celebrarlo. Allí le puso la canción a todo el mundo. Presumía de que podía haber grabado y cantado una canción «para hacer el amor» con el más impresionante símbolo sexual de toda la historia de Francia.
Al día siguiente, Radio Europe 1 radiaba el tema ante la sorpresa general. Mucha gente quedó escandalizada. Por la tarde, los abogados de Gunter Sachs, el marido corneado de Brigitte, habían amenazado con los tribunales a la emisora, mientras que Brigitte Bardot, ante semejante escándalo, le pedía encarecidamente a Serge que no publicara el disco. Gainsbourg aceptó la prohibición por miedo a las represalias de Sachs. Fue también el final de un ‘amour fou’. Exactamente, 86 días había durado el apasionado ‘affaire’ con la Bardot. El propio Serge contaba los días. El compositor intentó convencer a Marianne Faithfull, Mireille Darc y Valerie Lagrange para que grabaran las partes de la Bardot. Pero Serge no logró conseguirlo.
Una segunda oportunidad
Diez meses más tarde, el cineasta Pierre Grimblat convence a Serge Gainsbourg para que sea el protagonista del drama ‘Slogan’. Serge tenía ya 40 años. Su ‘partenaire’ era una chica inglesa de 22 años llamada Jane Birkin, que había sido protagonista del mayor escándalo cinematográfico del ‘swing’ de Londres, al mostrar el vello púbico, como modelo, en la película de Michelangelo Antonioni, la célebre ‘Blow-up’, donde aparecen los Yardbirds de Eric Clapton.
Jane Birkin llegaba al plató para sustituir a Marisa Berenson, que no quiso hacer la película. Lo que provocó un enorme enfado a Gainsbourg, porque a la Birkin no la conocía de nada. Jane estaba recién divorciada del magistral John Barry, el gran compositor de las bandas sonoras de James Bond y que acababa de obtener dos Oscar por la música de ‘Born Free’, dedicada a su amor, precisamente su mujer Jane. Barry siempre ha dicho que fue uno de los grandes amores de su vida. Pero lo cierto que Barry era un mujeriego increíble. Entre sus conquistas estaban Shirley Bassey, Charlotte Rampling, Ursula Andress, Catherine Deneuve, etc… John y Jane hacía pocos meses que habían tenido una niña llamada Kate, que en la actualidad es fotógrafo. Jane dice que John no pudo serle fiel. Demasiados viajes Hollywood. Jane se había casado con apenas 18 años cumplidos. John Barry tenía 34 años.
Desde el primer día de rodaje, Gainsbourg fue a por su presa. Había cambiado totalmente de opinión. Le parecía una criatura preciosa. Gracias al director, Pierre Grimblat, se preparó una cena, seguida de una pequeña fiesta, en la que no pararon de bailar. Luego, Serge, la llevó a su club favorito de travestis, donde salía cantar el admirable cantante de blues Joe Turner. A continuación la llevó a un club ruso, donde también le conocían. Y, finalmente, cuando ya estaba muy borracho, al Hotel Hilton.
Jane recuerda que el recepcionista dijo que si Serge quería su habitación de costumbre. Jane también asegura que no hicieron nada sexualmente aquella noche. Fue bastante después, cuando Serge quiso deslumbrarla y se la llevó a Venecia, alojados en el maravilloso Gritti Palace y cenando todos los días en el famoso Bar de Harry. Tras Venecia la volvió a impresionar al quedarse alojados donde había muerto Oscar Wilde en París.
Así hasta ponerle la famosa versión ‘Je T’aime… moi non plus’ de Brigitte Bardot. Una tema que se había convertido en una obsesión para Serge. Jane no quiso cantarla desde un primer momento, porque siempre decía que no era una buena cantante. Pero Jane siempre cedía. Así que el 14 de diciembre de 1968, justo un año después de la primera versión con la Bardot, en el mismo estudio Barclay de París, Serge y Jane graban la nueva versión.
Escándalo y censura
Primero se había grabado en Londres, en unos estudios en Marble Arch, porque Jane le había pedido consejo a John Barry. Su ex marido se portó como un caballero y le sugirió que el arreglo lo hiciera el mismo músico que había hecho el arreglo de ‘Goldfinger’. Arthur Greenslade hizo un soberbio trabajo, cambiando algunas de las armonías para mejorarlas y dejar al tema todavía más cercano al ‘A Whiter Shade of Pale’ de Procol Harum.
Jane la cantó un tono más arriba que la Bardot. Todavía era más la voz de una niña. La eterna Lolita que Serge siempre llevaba en la cabeza. Exactamente, Serge coincidía con el mismo paraíso de John Barry. Pero esta vez, durante la grabación de las voces, Serge no necesitó masturbar a Jane. Ella hacía muy bien los gemidos, los espasmos, incluso improvisándolos.
Serge Gainsbourg era una celebridad y una de las grandes estrellas del sello Philips, junto con Johnny Hallyday, pero la compañía tenía un pánico espantoso y todo lo que pudiera suceder a continuación. Existía el precedente de la Bardot. Así que el disco, el single, que apareció en la segunda semana del mes de febrero de 1969, se publicó con un sello en que se decía que el disco estaba prohibido para los menores de 21 años y, además, el disco no llevaba el logo de Philips, sino el de Fontana.
El disco fue inmediatamente un escándalo y noticia en todo el mundo. Gainsbourg siempre decía que su mejor agente de publicidad iba a ser el Vaticano. Efectivamente, el primero en denunciar la canción y de calificarla de obscena fue ni más ni menos que L’Osservatore Romano’. Italia prohibió incluso su radiación, a partir del mes de agosto. La España de Franco empezó a prohibirla a partir del 10 de septiembre. Más tarde hasta Suecia, Brasil, Polonia y Portugal también la censuraron. Ante tanta presión, la Philips mundial cerró los ‘stocks’ del disco y, finalmente, lo retiró de la venta.
Se llegaron a decir toda clase de calumnias. Que Jane tenía menos de 18 años, que «follaban» como elefantes… Pero nadie pudo impedir que a finales del verano ‘Je t’aime… moi non plus’ hubiese vendido ya un millón de ejemplares. Jane dice que sus compatriotas, los ingleses, nunca entendieron bien la canción, pero fueron los que más la compraron. Fue la primera canción en la historia de las listas de éxitos inglesas que llegó al numero uno en otro idioma que no era el inglés. Estuvo en la listas durante 33 semanas. Los americanos no quisieron darle propaganda. Merury Records y sus ejecutivos la calificaron de obscena, simplemente.
Roger Vadim, que lanzó a la B. B. con «… Y Dios creó a la mujer», juntó a Brigitte Bardot y Jane Birkin en su película ‘Don Juan 73’ o ‘Si Don Juan fuese una mujer’. Y las expuso desnudas, con escenas de amor. A Serge le dio mucho morbo. Finalmente, en 1986, Brigitte Bardot aceptó que se publicara su versión, con una nueva mezcla para modernizarla, a cambio que los beneficios fueran para su asociación de defensa de los animales. No fue un éxito claro, salvo en Francia.
Serge Gainsbourg murió a los 62 años, en 1991. John Barry dejó este mundo hace un par de años. Había cumplido 77. Brigitte Bardot todavía vive y tiene 78 años. Jane Birkin tiene en la actualidad 66 años y su último disco apareció hace cinco. Se llamaba ‘Enfants D’Hiver’. La hija que tuvo con Serge es la famosa Charlotte Gainsbourg, que llegó a cantar con su padre la incestuosa canción llamada ‘Lemon Incest’, cuando sólo tenía 12 años.
La Bardot resumió hace dos años: «‘Je t’aime… moi non plus’ es el más maravilloso himno que se le ha hecho a hacer el amor, un homenaje único, verdadero, fantástico». Amén.
http://www.elmundo.es/elmundo/2013/09/30/cultura/1380552581.html