Anoche estuvimos con un grande de España

 

Asistimos a un autentico espectáculo musical, vimos a Raphael. 

Durante dos horas y media ininterrumpidas pudimos ver interpretar y cantar a un grande de España.

El escenario también fue espectacular

Años después de su última visita a Cantabria, Raphael volvía a los escenarios de nuestra región y escogió el más inadecuado para sus características y forma de montar sus actuaciones, fue en La Campa de La Magdalena, cerca del mar  y a una hora y con una climatología que nadie excepto él se hubiera atrevido a enfrentarse a ese tipo de reto.  

Miles de personas asistieron al concierto, el público de todas la edades, disfrutó de cada una de sus canciones, canciones que abarcaron varios estilos: boleros, rancheras y tangos, además de todas las canciones suyas de siempre que una tras otra fueron cantadas y coreadas por los asistentes. El recinto estaba acondicionado para presenciar el espectáculo de pie, sentados en sillas y en una grada instalada enfrente del escenario en el que había además dos pantallas gigantes.

Tuvimos la posibilidad de ser de los poquísimos elegidos que pudimos deambular por el backstage al estar acreditados y compartir con su gente un rato y aprovechar para acompañarle en la despedida, previa dedicatoria personal del primer disco que editó hace cincuenta años.

Acreditación para acceder al escenario y camerinos

Carátula del primer disco de Raphael firmado por él

Entrada de recuerdo del concierto de Raphael en Santander

Raphael y José cuando se despidieron

 

DM / Roberto Ruiz

Raphael desplegó su poder en Santander

El Diario Montañes
3 de agosto de 2011

N. Bolado/Sara Torre
Fotos: Roberto Ruiz

‘La voz’ actuó en una noche memorable que quedará grabada en la pequeña historia de la ciudad

Fue una noche especial en la que 4.100 personas llenaron de aplausos a uno de los mejores cantantes del mundo.

Si la enfermedad no pudo con uno de los mejores cantantes del mundo, mucho menos lo iban a hacer las nubes que amenazaban lluvia anoche en Santander. Raphael, que lleva medio siglo siendo ‘la voz’ de España, nuestro Franki particular, llenó de arte, de interpretación gestual, de movimientos histriónicos, tan personales y permisibles en él, el escenario de la campa de La Magdalena donde 4.100 personas ocuparon hasta el último centímetro del espacio para asistir al concierto que ‘el Niño de Linares’, ‘el Ruiseñor de Linares’, dio ayer enriqueciendo un mes de agosto plagado de actos culturales en la capital de Cantabria.

Miguel Rafael Sánchez Martos (Linares, 1943) sigue totalmente vigente llenando él solo el escenario cuando hace sus apariciones con paso bien medido, y cuajando tremendos aplausos cuando lo abandona en sus artísticos y conocidos desplantes, micrófono en mano.
En las sillas, en la tribuna, de pié, miles de voces se unieron a las letras que, año tras año, llenan su repertorio pero que cada vez renacen de las que nunca fueron sus cenizas. Fue desgranando, como quien no quiere la cosa, una detrás de otra, con gestos nuevos, con una dramaturgia sólo tolerable a los elegidos. Un auténtico lujazo el que se vivió ayer en la campa de La Magdalena.
Durante todo el día, el cantante, en soledad, se apartó de los focos y de las luces para, en un ejercicio de completa introspección, prepararse para enfrentarse al público. Y se nota cuando un artista hace de cada actuación, aunque sean miles, una exclusiva para sus seguidores que ya entrecanos, guardan sus vinilos como joyas.
 

La primera, ‘Ahora’
El recinto se abrió a las nueve y media de la noche, para que el público fuera accediendo poco a poco a poco a la campa. Todo estaba dispuesto a las diez y media, para que diera comienzo el concierto que puso el broche de oro al festival ‘Amstel Música en Grande’.
Raphael apareció en el escenario, con rigurosa puntualidad, acompañado por sus ocho músicos, piano, batería bajo, contrabajo, guitarra eléctrica, bandoneón trompeta y violín, y empezó su interpretación con algunos de sus temas más populares. El primero fue ‘Ahora’, a capella. Estallido de aplausos. Le siguieron ‘La noche’, ‘Mi gran noche’ y ‘Digan lo que digan’.
Después el cantante alternó sus temas más típicos con canciones latinomericanas. Tangos como ‘Volver’, de Gardel; ‘En esta tarde gris’ y ‘Nostalgias’ hicieron las delicias de los espectadores.

También cantó famosos boleros y rancheras populares. Siempre, alternando cada bloque con canciones clásicas de su discografía. No faltaron, como era de esperar, los temas más famosos : ‘Yo soy aquél’ y ‘Qué sabe nadie’, cuyos aplausos fueron muy superiores a las de las demás canciones. La actuación tuvo una duración de dos horas y media y algunos asistentes pudieron seguirla sentados en los asientos dispuestos expresamente para la ocasión, una novedad en los conciertos ofrecidos en la campa de La Magdalena.
Se habían colocado 500 sillas y una tribuna para que los espectadores, previo pago de un precio especial, pudieran disfrutar del concierto cómodamente. No les importó abonar la entrada -27 y 33 euros- a sus seguidores, muchos de ellos ya sesentones, que no quitaron los ojos del escenario para seguir sus evoluciones.

Labores previas
Raphael no quiso dejar nada a la improvisación y dedicó todo el día de ayer a tener preparado hasta el último detalle para el concierto, incluida la necesaria concentración.
No dio ninguna información a los medios de comunicación en toda la jornada, algo que es costumbre en él durante el día en que prepara una actuación, aunque sí había hablado con la prensa en días anteriores. A las once de la mañana supervisó el escenario de la campa de La Magdalena para hacerse una composición del lugar. Después, aproximadamente a las siete de la tarde, hizo varias pruebas de sonido, una de cada estilo musical que interpretaría durante su actuación por la noche.
Diez minutos antes del concierto, realizó una última prueba para cerciorarse de que todo estaba en orden. Incluso, en el camerino estuvo haciendo algunos ejercicios vocales.
Después del derroche de voz en Santander, el incansable Raphael continuará una intensa gira en la que ofrecerá un concierto diario en varias ciudades españolas. Hoy actuará en Segovia y mañana en Alicante.
Con él se pone punto final a una serie de espectáculos -conciertos- que han sido seguidos por miles de personas, casi todos jóvenes. La campa de La Magdalena se ha convertido en un lugar fetiche para los artistas que cada verano pasan por Santander. La Semana Grande tendrá continuidad con las decenas de citas lúdicas y culturales que inundan todo el mes.

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