Springsteen, la leyenda continúa

CONCIERTO | Inicio de su gira europea

Eva Díaz Pérez | Sevilla
lunes 14/05/2012

Ya se ha encargado de anunciarlo y las letras lo confirman. Bruce Springsteen quiere que su nuevo álbum ‘Wrecking Ball’ sea el himno para esta época de crisis. Este domingo en Sevilla sus fans coreaban las letras para una generación, aprendidas a base de pasión, fidelidad y entusiasmo, confirmando lo que pretende el cantante de Nueva Jersey: ilustrar con música la crónica de un tiempo, quizás adentrarse en el vientre de su propia época para escribirla, un cronotopos con el que quizás los del futuro puedan adivinar qué se coció en estos años.

Y qué mejor lugar para sugerir el himno de esta época que el territorio donde se cuece a fuego lento esta crisis: Europa. Sevilla, la Europa meridional que está sufriendo con más fuerza este ciclo de negrura, fue la primera plaza de este continente que vaga sonámbulo y sin certezas.

Comenzó con la canción ‘Badlands’ para continuar con ‘We take care of our own’, que es toda una declaración de principios, de grito de rabia contra lo que está ocurriendo. El ‘Boss’ más comprometido y entregado a la lucha. Por eso dedicó incluso una canción de su nuevo álbum, ‘Jack of all trade’, a los indignados del 15-M, consciente de estar cantando en las vísperas de un acontecimiento que le ha cautivado.

«También le dedicamos este tema a ustedes que están luchando duramente aquí en el sur de España. Demasiada gente ha perdido sus trabajos y sus casas. Aquí en Europa, los malos tiempos son incluso peores. Nuestro corazón está con vosotros». A esas alturas el público estaba arrodillado ante el ‘Boss’ como si ya hablara desde un fabuloso altar laico.
‘Qué alegría vernos otra vez’

Sevilla acogió sin reservas a Springsteen que además saludó en un castellano casi perfecto, recordó su anterior concierto en la ciudad en julio de 2009 e incluso explicó la historia y el alma de algunas canciones. «Sevilla, qué alegría vernos otra vez», dijo ante los más de treinta mil espectadores que se reunieron para escucharlo.

El ‘Boss’ y la E Street Band hechizaron en este primer concierto de la gira con la que recorrerá el continente que espera, al menos, una canción para el consuelo. Como suena en su canción ‘Death to my hometown’ (Muerte a mi ciudad): «Prepárate para cuando lleguen (…) consigue una canción para cantar (…) envía a los tiranos sin escrúpulos directos al infierno».

Los toques folk de esta canción y sus trepidantes ritmos cautivaron a un entregado público que llenó el Estadio Olímpico de Sevilla. El estadio abierto al cielo en una elipse parecía una olla a presión con una nube de bochorno suspendida que aspiraba vapores de emoción y música. Hacía, calor mucho calor, como ya previno el día anterior en la prueba de sonido entre bromas jocosas –»oleré como un perro»-, pero daba igual.

Una atmósfera mágica y caliente animaba a los fans que traen en su memoria la música de varias generaciones: los acordes legendarios de ‘The River’ o esa entraña de los clásicos que tiene ‘Born to Run’, con aquella fotografía mítica de Bruce apoyado en el hombro de su saxofonista Clarence Clemons y que ilustra un álbum que es el imaginario de toda una época. Aunque Clarence ya no esté para estremecer con su saxofón.

A la E Street Band le falta el alma, qué duda cabe: Clarence Clemons, el saxonista de los dioses, el ‘big man’ que forma parte de la leyenda Springsteen murió en junio del año pasado y su ausencia se nota. «¿Echáis de menos a alguien?», dijo refiriéndose a su entrañable amigo al que dedicó un final de concierto apoteósico con el tema clásico ‘Tenth Avenue Freeze-out’ mientras aparecían sobre las pantallas gigantes fotografías del Boss y Clemons en conciertos recordados.
Jack Clemons, a la altura de su tío

Tal vez su espectro siga vagando sobre los escenarios. En algunas ocasiones, pareció que seguía tocando con sus notas de escalofrío. Sin embargo, su sobrino Jack Clemons -‘the little big man’- estuvo a la altura, a pesar de que sabe que todos los oídos están pendientes de su actuación, de la resolución de sus solos, de su presencia en los escenarios. Ahora comienza su leyenda…

Y cumplieron con su leyenda el bajo de Garry Tallent, la batería de Max Weinberg, el piano de Roy Bittan, el violín de Soozie Tyrell y las guitarras de Nils Lofgren y Stevie van Zandt. También el resto de músicos y el coro de voces entre el soul y el gospel que acompañaron a Springsteen en canciones del nuevo álbum como la maravillosa ‘Rocky Ground’.

La gente se entregó desde el principio, pero el concierto fue in crescendo. Sorprendieron y gustaron las canciones de su nuevo álbum ‘Wrecking Ball’, que da título a la gira. Son pegadizas, tienen el ritmo del más puro Bruce Springsteen y además guardan el secreto de buenas letras que están hechas para hornearse y deleitarse en estos tiempos donde un buen concierto puede resultar la más deliciosa manera de evadirse.

Eso sí, no se trata de un entretenimiento frívolo, ahí esta el ‘Boss’ para hacer que sus letras de denuncia sirvan como emblema de la lucha en marcha. Y qué mejor que estos días en los que Europa -esta pobre Europa- vuelve a salir a las calles para tomar las plazas y el protagonismo de su propia Historia. Hubo soul, folk con recuerdos de baladas irlandesas, ritmo trepidante de rock a cielo abierto, de paisajes convulsos de estadios llenos y enfebrecidos y ese heartland que evoca larguísimas carreteras de la América profunda.
Cuatro ciudades más en España

Después del concierto de Sevilla, Bruce Springsteen viajará a Las Palmas (15 de mayo), Barcelona (18 y 19 de mayo), San Sebastián (2 de junio) y Madrid (17 de junio) para recorrer toda Europa y terminar en Helsinki el 31 de julio.

La gira continuará luego por ciudades de Estados Unidos hasta concluir en Nueva Jersey, ciudad natal del cantante, y además en el estadio de East Rutherford, el MetLife, el nuevo estadio que surgió del antiguo Giants Stadium –en el que el artista ha tocado en muchas ocasiones– y cuya demolición inspiró precisamente la canción escrita en 2009 que da título al tour: ‘Wrecking Ball’ (Bola de demolición).

Una demolición que sirve para narrar muchas cosas, muchos cambios, muchas ausencias, momento simbólico que Springsteen quiere que sirva para cantar este tiempo: «Cuando todo este acero y estas historias se devanezcan entre el óxido y toda nuestra juventud y belleza se conviertan en polvo y tiempos duros lleguen, trae tu bola de demolición». Este domingo, en Sevilla, el ‘Boss’ enseñó a Europa la fuerza de rabia que debe tener esa bola con la que demoler los tiempos infaustos.

ENLACE: http://www.elmundo.es/elmundo/2012/05/14/cultura/1336955557.html

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